"Contra lo imposible", la película de James Mangold, nos transporta a la carrera de 24 hs de Le Mans de 1966 donde la automotriz Ford se propuso cortarle la racha de cuatro años a Ferrari.
Carroll Shelby (Matt Damon) es un ex piloto y visionario diseñador de autos estadounidense. Cuando Henry Ford II decide actualizar su imagen corporativa compitiendo a nivel profesional en carreras, convoca a Sherlby para que lleve a cargo una tarea casi imposible: construir el auto más rápido. Junto con el veterano de la Segunda Guerra Mundial y conductor británico, Ken Miles (Christian Bale), lucharan contra la imposición corporativa, las leyes de la física y sus demonios personales, en un film deportivo clásico con mucho olor a nafta y testosterona.
Atardeceres perfectos, desiertos y autos a toda velocidad. La combinación justa para el publico fierrero que se repite a lo largo del film. Si alguna vez vieron Top Gear saben de lo que hablo. Pero más allá de los autos, los verdaderos protagonistas son Matt Damon y Christian Bale con una relación afectuosa pero un poco tensa.
Lejos quedó el Batimovil de Bale quien cambia de auto y se calza su traje de carreras para interpretar a Ken Miles, un piloto frío, volátil y sin pelos en la lengua. Si algo sabemos es que el actor británico se transforma físicamente y presta su histrionismo siempre a favor de sus personajes, aquí no hay excepción. Realiza un gran trabajo interpretativo a pesar que de a ratos se lo nota un poco sobreactuado. A su lado está nada menos que Matt Damon, un tanto opacado por Bale, quien parece poner primera al comienzo de la película pero no modifica el cambio. Nos brinda una actuación sin sobresaltos pero llena del carisma al que nos tiene acostumbrados.
Desconociendo los hechos reales que inspiraron el film y sin ser fan n°1 de las películas de autos, la disfruté. Si bien a ratos sentí una leve sobredosis de carreras y desee que se aborde con mayor profundidad, por ejemplo, la relación de Miles con su pareja e hijo, la historia es llevadera y el director logra darle un buen ritmo. Lo más criticable quizás son los chistes un poco fáciles, pero a pesar de esto no fallan y hacen de la cinta más amena. Eso si, sorpresivamente la mejor escena no transcurre sobre ruedas sino en un día soleado en los suburbios con los protagonistas enfrentándose cual niños bajo la mirada de la esposa de Miles (No voy a spoilear pero es hilarante).
"Contra lo imposible" nos mete de lleno al mundo del automovilismo brindándonos la información necesaria para salir de la sala convertidos en expertos de la materia. Mangold consigue su meta y nos deja un film un tanto "pochoclero" que nos hará vibrar al ritmo de los motores.
Por Matías Villanueva