Entre 1865 y 1870 aconteció un hecho poco conocido para la importancia que tuvo: Brasil, Uruguay y Argentina sostuvieron un conflicto bélico con Paraguay que pocos datos se conocen sobre el mismo. La derrota paraguaya significó la muerte de casi toda la población masculina de ese país, en cuya matanza se calcula que murieron entre 500 mil y 1300000 hombres. ¿Cómo entender esta guerra de la que se sabe poco y nada? ¿Fue una guerra entre países? ¿Se aliaron Argentina, Brasil y Uruguay en contra del Paraguay? ¿Por qué se la llama de tantas formas distintas? En Contra Paraguay Federico Sosa se propone difundir y revisar la historia oficial de esa guerra, empezando por su nombre: Guerra de la Triple Alianza, Guerra de Paraguay o Guerra Grande, según quien la cuente.
Contra Paraguay es la segunda película del director, donde revisa la historia y presenta testimonios de especialistas y habitantes y un recorrido por el pasado, para crear un documental donde no falle la estructura que sostiene la idea central y escapando de aquellos sitios en los cuales suelen caer las películas de no ficción en nuestro país.
Pero a la vez es una ficción: el historiador narrador no es tal, sino que es interpretado por Gustavo Pardi. Y posiblemente esto sea lo único a destacar como negativo de Contra Paraguay. El hecho de fusionarlo con la ficción que le otorga un actor, puede llegar a generar confusión en el espectador acerca de qué de todo lo narrado es real y qué no (en caso que existiera algo irreal)
El resto es todo un conjunto de buenas decisiones. Existe un sólido trabajo de investigación y de campo con información necesaria para ilustrar esa época trágica: 500 mil muertos del lado paraguayo (el 75 % de la población total), 15000 muertos en 4 horas en la batalla de Tuyutí, los sitios donde se desarrolló la guerra, museos y colecciones de armas y otros objetos, y muchos datos más iguales de interesantes.
Contra Paraguay toma posición, pero no se cierra y se dispone a escuchar múltiples voces. Los cuestionamientos, lecturas múltiples y reinterpretaciones sobre un mismo hecho, es el lugar en el cual este documental adquiere un valor único, donde deja que el espectador saque sus propias conclusiones.