¿Secuestraron a la hija o al guionista?
Sin prisas ni pausas la carrera de Nicolas Cage fue cayendo de productos clase A, con un par de nominaciones al Oscar e inclusive una estatuilla al mejor actor por Adiós a Las Vegas (1995), al abismo artístico de chapucerías como Contrarreloj, thriller disparatado cuya velocidad narrativa intenta vanamente disimular las inverosimilitudes de un guión horrendo. La película que ofició como punto de inflexión para Cage, cuyo apellido de nacimiento es Coppola y para sorpresa de algún distraído es sobrino del director de El Padrino, seguramente fue La Roca (1996) pero su consolidación como figura de acción vino después con Con Air: Riesgo en el Aire (1997), casualmente dirigida por Simon West que ahora reincide en Contrarreloj. Estos viejos compinches ya están de vuelta en Hollywood y agarran cualquier proyecto sin pensarlo demasiado. Porque si te ofrecen rodar un guión como el que escribió David Guggenheim decís no gracias y que pase el siguiente. Tenés que estar muy desesperado por la plata y tener la cara muy dura para andar por la vida promocionando una película tan mala como esta.
Cage es Will Montgomery, líder de una banda de ladrones de banco a la que también pertenecen Hoyt (M.C. Gaines), Riley (Malin Akerman) y el desquiciado Vincent (Josh Lucas). Perseguido por los detectives Harlend (Danny Huston) y Fletcher (Mark Valley), Will termina tras las rejas luego de un robo malogrado. El botín de 10 millones de dólares no aparece. Ocho años después Will es liberado y para obligarlo a que entregue el dinero su ex socio Vincent secuestra a su hija adolescente Alison (Sami Gayle) otorgándole un plazo límite de 12 horas para cumplir con su parte del trato. Caso contrario, obviamente, matará a la chica. Con la ayuda de Riley y con todo lo demás en contra Will comienza una carrera contra el tiempo para rescatar a su hija. Como en verdad no posee el dinero lo único que se le ocurre para cubrir la cifra demandada es (¡sí, lo adivinaron!) robar otro banco. Sin planificación, improvisando sobre la marcha y con la sombra de los agentes que lo encerraran casi una década atrás, Will se juega el resto para salvar a Alison. En el horizonte sólo parece esperarlo la parca o nuevamente la cárcel. Lindo panorama, ¿no?
Ambientada en una bullente Nueva Orleans durante el festejo de Mardi Gras Contrarreloj es un pavada suprema contada con un ritmo infernal sin acusar recibo de lo absurda que se pone la historia con cada decisión tomada por los personajes. En un rol border de esos con los que a veces se prodiga, Josh Lucas entrega una actuación estereotipada, ridícula y con escasos momentos de lucimiento. Desde la peluca hasta la pata de metal, todo hace ruido en este villano que compone Lucas. La acción física se la han reservado casi en su totalidad a Nico Cage que con 49 años todavía puede darse el lujo de andar corriendo, saltando, peleando y saliéndose con la suya sin que se le mueva un pelo de esa artificiosa cabellera suya. Tan artificiosa como este thriller más apto para un domingo de lluvia (¡sin inundaciones, por favor!) en casa que para pagar una entrada para ver un producto que ya viste mil veces y mejor