Bellamente diseñada y bien animada, esta historia de una chica a principios del siglo XX que decide convertirse en la primera mujer bombero de la historia es directa. Es decir, no trata de hacer nada más que contar su historia del modo más efectivo y atractivo posible. Lo logra y eso vuelve la película más interesante a la hora de volverse una fábula con moraleja. Lateralmente, habla de los géneros, sin por eso bajar línea de manera explícita.