Sorpresa y media
Una simpática comedia que gira en torno a un romance improbable en el que pesa la mirada de los "otros". Con esta excusa, el director Marcos Carnevale entrega en su séptima realización (después de Viudas) una historia que se mueve cómodamente gracias a los diálogos que impulsan los dos personajes antagónicos...o no tanto.
Ivana Cornejo (Julieta Díaz), una exitosa abogada dedicada a litigios de familia que trabaja con su ex (Mauricio Dayub), recibe una llamada de alguien que encontró su celular. Entonces hace su aparición León Godoy (Guillermo Francella), un arquitecto divorciado de buena posición y con un hijo (un desenvuelto Nicolás Francella) quien se muestra avasallante con la infortunada mujer. Luego vendrá la seducción y la cita en un restaurante con el hombre "perfecto" si no fuese por un pequeño detalle: León mide un metro con treinta y cinco centímetros.
Corazón de léon resulta divertida y logra capturar la atención del espectador a través del juego de tamaños que deja distantes a los personajes, pero va agregando emoción con el correr de los minutos cuando muestra la soledad que atraviesan Ivana y León. Ella sufre el maltrato permanente por parte de su marido y él siente las miradas prejuiciosas que giran en torno a su estatura. La trama incluye además a una madre preocupada (Nora Cárpena); la ex esposa de León (Claudia Fontán) y a una secretaria (una siempre eficaz Jorgelina Aruzzi) que habla más de lo que trabaja.
Con buenos recursos, escenas efectivas que apelan a la emoción (el diálogo entre padre e hijo) y otras desarrolladas en las alturas (cuando los protagonistas se tiran en paracaídas), la película abre el juego y el público se va olvidando de la "diferencias" y se acerca a un juego romántico en el que todo es posible.
Francella aporta la cuota de humor y ternura que León necesita. Su trabajo toca otras cuerdas dramáticas como lo hizo en Rudo y Cursi, Los Marziano, El secreto de sus ojos y Atraco!. Por su parte, Díaz, cumple con su rol de mujer en plena búsqueda de una segunda oportunidad.