Romanticismo (algo) oscuro y triste
Primero, que Marcos Carnevale siempre me pareció un tipo sensible: en cine, en teatro, en televisión hizo un gran trabajo con “Condicionados”. Un tipo sensible y capaz; digno. Segundo, que aunque no vi las últimas dos, podría asegurar que esta es su película más cinematográfica, o menos televisiva si se prefiere. Quizá por la experiencia de sus protagonistas (Guillermo Francella y Julieta Díaz), quizá por la obligación del plano abierto al tener que convertir a Francella en un enano; la película tiene una exploración visual distinta y también un mayor cuidado.
Tercero, que todo lo que tiene que ver con la forma adecuada de presentar un personaje con esta condición está sorprendentemente bien manejado. A saber, el enano León Godoy tiene sus virtudes, su perseverancia y un gran corazón; pero a la vez tiene sus contestaciones, su carácter y una bronca que se esconde y siempre está al borde del colapso. Sentimos pena por él, sí, pero es genuino y no molesta. Digo, que no hace ruido; que la película no nos está obligando a compadecernos de él.
Desde aquí, arrancan los problemas de “Corazón de León”, que tienen que ver a mi entender con una continua indecisión. Este acertado manejo de la temática del enanismo se empobrece, por ejemplo, cada vez que la música de Emilio Kauderer -también este año se lo puede escuchar en la partitura de “Metegol” con el mismo tratamiento en algunas secuencias- subraya ciertas situaciones dramáticas más de lo necesario. No chocaría tanto si no existieran también escenas donde la ausencia de música es intencional y funciona a la perfección.
Otra cosa con esto: “Corazón de león” se vende como una comedia pero hay que tener cuidado. Todavía estoy en duda, si la película es efectivamente una comedia romántica o si se vendió así y es otra cosa. ¿Es cómica? No tanto. De hecho, hay momentos planteados desde la puesta en escena para generar un remate, una risa, y no tienen éxito. El personaje de Jorgelina Aruzzi es un cómic relief fallido. Secretaria, con un andar extraño y maneras de decir que se ven exacerbadas para el efecto cómico, tiene un momento que debería ser un punto alto y se queda corto.
¿Es romántica? Sí, pero también tiene un lado oscuro y triste. La última frase que escuchamos en el film suena críptica, dudosa, y no se puede obviar ese último plano desconcertante en algún sentido. No digo más, pues hoy elijo quedarme con esta segunda veta que en sus mejores momentos la película defiende y tiene ecos de un drama plausible. Mañana quizá cambie de opinión, pero no vayan pensando que se van a matar de la risa con Francella.
Esta es la disyuntiva en “Corazón de León”: O promete algo y no lo cumple o ni siquiera lo prometió, y nosotros estábamos pensando en cualquiera.