Corazón de león

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Considérenme sorprendido. Si alguien me hubiera dicho algunos meses atrás lo que iba disfrutar Corazón de León, sobre todo después de ver el tráiler y el poster, nunca le hubiera creído. Lejos de resultar una burla u ofensa, el nuevo film de Guillermo Francella es una oda en contra de los prejuicios y a favor de los diferentes.

León, un Van Damme de la vida

Aunque el título de este film (extraño, pero que le calza como anillo al dedo) nos remite a esa vieja película de comienzos de los noventa con Jean-Claude Van Damme, ahí se terminan las similitudes. Aquí Guillermo Francella es León Godoy, un arquitecto de 1,36 centímetros de estatura quien casi de casualidad conoce a Ivana Cornejo, una abogada que no pasa por su mejor momento laboral ni personal. León es carismático, elegante y caballero, por lo que Ivana no tardara demasiado en sentirse atraída a él, aunque esos 45 centímetros de diferencia que los separan, sumados a los prejuicios de los amigos, familia y desconocidos, harán que Ivana comience a replantearse si comenzar una relación con León es realmente una buena idea.

Puro Corazón

Es muy fácil desacreditar a una película como Corazón de León desde el vamos (admito que fui uno de los primeros en hacerlo). No cabe ninguna duda que su principal atractivo es Guillermo Francella que, por medio de geniales efectos especiales, interpreta a una persona de pequeña estatura. Bien podría Carnevale y compañía haber puesto a este personaje en distintas situaciones cómicas y gracias al carisma de Francella muy probablemente hubiera tenido un éxito arrollador en sus manos. Pero no. La película no se conforma con ser una simple comedia con situaciones absurdas que involucran a una persona enana. Corazón de León es un acierto principalmente por lo sensato y redondo de su guión. El film está visto a través de los ojos de una genial Julieta Díaz, vivimos a través de ellas todas las dificultades y los prejuicios (tanto propios como ajenos) que debe sortear para alcanzar el verdadero amor. Me quito el sombrero ante Carnevale por esta decisión, si hubiéramos visto la película a través de los ojos de León muy probablemente estaríamos hablando de un film repleto de golpes bajos, pero de la forma en que se decidió retratar esta historia de amor es un verdadero logro. Guillermo Francella nuevamente entrega una gran actuación, interpreta a León con convicción y carisma, pero es Julieta Diaz quien se lleva todos los halagos, su interpretación deja entrever el amor, la vulnerabilidad y la duda que aqueja a su personaje y la cual es el eje central del film.

Una de mis reiteradas críticas a las comedias románticas argentinas se centra siempre en el tercer acto. Luego de una hora de comedia las películas repentinamente toman un giro hacia el drama “sentimentaloide” y difícilmente vuelven a su género original o nunca encuentran el balance para seguir siendo ambas a la vez. En este sentido Corazón de León no decepciona, teniendo siempre en claro lo que quiere contar y la forma en que lo quiere contar. Si, quizás sobre el final del film comete algunos excesos de sentimentalismo, pero nunca en demasía y siempre funcionales al relato.

Otro punto a favor del film son los efectos especiales, tanto los prácticos como los generados por computadora. Estos le entregan al proyecto una buena dosis de credibilidad ya que nunca parecen exagerados ni poco convincentes.

Conclusión

Carnevale entrega una película redonda y sin lugar a dudas es su mejor trabajo hasta la fecha. Corazón de León es divertida, emotiva, y valga la redundancia, llena de corazón. La actuación de Francella no es nada menos que fantástica, pero es Julieta Díaz quien gracias a la mejor interpretación de su carrera nos transmite todas las dudas y emociones de su personaje, traspasando la pantalla y haciendo casi imposible para el espectador no identificarse con su dilema.