Corazón de León: cuando los prejuicios sí importan
Esta es la clase de película que quizás más de uno esperaba hace tiempo de Guillermo Francella; uno que fusionara su lado actoral más cómico, con el lado más crudo y dramático que tiene el actor para interpretar ciertos papeles.
León (Guillermo Francella) es un tipo que de la nada se enamora de una mujer hermosa (Julieta Díaz) desde el primer momento que la ve. Hay química entra ambos y la relación promete algo a futuro de no ser por un detalle: León mide 1,36 m. El problema es que tanto Ivana (Díaz), la sociedad y Marcos Carnevale (Viudas, Elsa & Fred), el director del film, están preparados para aceptar ciertas diferencias del otro, esas que por las cuales el mundo te discrimina.
Reconozcamos que los logros del Corazón de León están muy bien si no analizamos la parte dramática y la moralina que Carnevale siempre lleva como bandera en casi todos sus films. La comicidad que presenta León, un tipo muy argento, sinónimo de chanta, canchero, gracioso, que aparenta enfrentar lo que lo hace distinto, podrían haber salvado el film, siempre y cuando Carnavalle no se hubiese metido en el campo de “yo vengo a enseñar con mi cine”.
En un principio Francella-Díaz funcionan muy bien como pareja y para llevar adelante la película, incluso cuando el espectador se remueve en su butaca, incómodo por la situación de ambos. Pero aún con su cuota de incomodidad, Corazón de León hubiese sido mucho mejor si se atenía a al “positivismo” del protagonista, con las cuotas de humor, muy bien logradas, que aporta el guión, pero para un impacto mayor del film, éste cae en la bajeza de dar golpes bajos, y aún así la postura del film nunca es firme.
Si hay alguien que aparentaba entender la vida, la sociedad, esa era el personaje Jorgelina Aruzzi (El Hombre de tu Vida). Ella habló y nos sacó la radiografía sin tapujos, pero el guión arruinó lo bueno que había construido con tan solo unos gestos que intentan hacer sentir cómodo al personaje de Francella, pero que logran todo lo contrario. Y desde ese momento en adelante, lo que sucede es irrelevante y poco interesante, trillado.
Más allá de todo lo mencionado anteriormente, el film cuenta con muy buenas actuaciones, entre ellas las de Nora Cárpena, Nicolás Francella (el hijo de Guillermo, dentro y fuera de la pantalla), Aruzzi, Mauricio Dayub. En lo cinematográfico, a Carnevale hay que reconocerle sus meritos para lograr minimizar a Francella, sin ponernos quisquillosos al analizar las perspectivas que utiliza y algunas decisiones de arte.
Con sus pros y contras, y más allá de los prejuicios que la película anuncia desde el tráiler, vale que el espectador le dé una oportunidad a Corazón de León y genere su propio juicio, que dependerá obviamente de su posición moral y/o social sobre la que se pare para analizar la película (y la vida), o simplemente decida disfrutarla sin repensar mucho.