Corazón silencioso

Crítica de Alejo Paredes - La cuarta pared

Esther es una madre, esposa y abuela que sufre de esclerosis lateral amiotrófica (o sea, la enfermedad que tiene Stephen Hawking). Aunque los síntomas aún no se han manifestado con toda su fuerza, su esposo Poul, un médico, está seguro de que sólo le quedan unos pocos meses para que pierda la capacidad de moverse, hablar, comer y respirar. Esther entonces toma una difícil decisión: quitarse la vida mientras es capaz de hacerlo. Pero antes de eso, reúne a toda su familia en su casa de campo para pasar una última Navidad juntos.

Como podrán ver, Corazón Silencioso no es un manojo de risas. Es un filme serio, sobre un tema delicado, para algunos intocable. El director danés Bille August cuenta la historia de una familia que debe lidiar con una muerte dolorosa pero inevitable, y, en especial, sobre la reacción de las dos hijas de Esther, quienes comienzan a tener dudas sobre la decisión de su madre.

August, uno de los pocos cineastas en ganar la Palma de Oro en dos ocasiones, desarrolla la historia con precisión, interesado, más que nada, en los personajes. El elenco también está muy bien; cada uno de los actores recibe su momento para brillar y lo aprovechan al máximo, sin nunca destacarse más de lo necesario.

El guión, por un escritor llamado Christian Torpe (jeje), es tranquilo, básicamente lento, lo cual podría ser un problema para algunos espectadores. El filme nunca parece decir nada sobre el tema de la eutanasia, como si ella fuera cosa de todos los días (y sabemos que aún no lo es). Este es un efecto secundario del foco del director sobre los personajes. Pero es su decisión; hay que respetarla, che.

VEREDICTO: 6.5 - MÁS SILENCIO QUE CORAZÓN

No se olviden: Corazón Silencioso es una película sobre una abuela que se suicida. Si no les interesa desde el vamos, ni se esfuercen. Pero si desean darle una chance, van a encontrarse con un filme intimista con grandes actuaciones.