Ooootra peli de la Segunda Guerra Mundial. Nuevamente, las heroicas tropas americanas librando batallas en tierras enemigas por la libertad del mundo entero ¿No? Bueno... no. Bah, no tanto.
Corazones de Hierro (o Fury en su idioma original) se sitúa durante los últimos meses de la segunda guerra y nos cuenta la historia de un escuadrón norteamericano montado arriba de un tanque Sherman que va librando distintas batallas dentro de una Alemania ocupada y a punto de caer. Este escuadrón, un tanto prototípico, es liderado por el sargento Don "Wardaddy" Collier (Brad Pitt), un tipo duro y muy experimentado que acepta la guerra sin cuestionamientos. Lo acompaña Boyd "Bible" Swan (Shia Labeouf), el religioso del grupo; Boyd es el que maneja el cañón del tanque y por alguna razón que ignoramos (capaz que es alérgico a la pólvora, jeje) se pasa la película con lágrimas en los ojos. También está el típico loquito de la guerra, Grady "Coon-Ass" Travis (interpretado por Jon Bernthal), y no puede faltar la cuota de pluralidad racial con el latino, Trini "Gordo" García (Michael Peña).
El último miembro de la compañía es el jovencito Norman Ellison (Logan Lerman), quien se sumará al escuadrón como asistente de conductor del tanque. Norman es un pibe medio tonto y bonachón con 0 experiencia en el campo de batalla, todas cualidades que lo hacen ideal para empatizar con el espectador.
Es justamente a través de los ojos del inexperto Norman, que el director David Ayer (End of Watch, Training Day y la futura Suicide Squad) nos muestra los horrores y desgracias que puede provocar una guerra. Lo más interesante de esta cinta (!) es que no hay una toma de posición muy clara con respecto al conflicto. Si bien la película es norteamericana y los aliados tienen que quedar indefectiblemente como los más capos del planeta, las dosis de patriotismo son saludablemente bajas. Lo que hace Ayer es mostrarnos que la guerra es una mierda, y que todos los que están inmersos en ella son sólo mano de obra prescindible. Durante las dos horas y poco que dura el film, el director no pierde oportunidad para mostrarnos personas desmembradas volando por los aires, cadáveres en descomposición, y demás cosas que harían suspirar a más de un amante del gore. Lo inquietante es que todos lo ven como algo normal: es re común que un tipo vuele en pedazos de la misma manera en que es normal tener que limpiar cachos de un compañero adentro de un tanque.
La película tiene un ritmo bastante interesante. Salvo en un momento, promediando la mitad del film, en donde el escuadrón toma una pequeña ciudad alemana. En ese momento se da una situación entre los soldados y dos mujeres refugiadas, en donde Ayer flashea que es Tarantino y empieza a tirar diálogos y situaciones que seguramente llamen a tus bostezos.
Las escenas de acción están muy bien logradas y entretienen. Las actuaciones son correctas. Mucho no se puede hacer con personajes tan estereotipados, aunque Brad Pitt se pasa de cabeza. Su postura y acento sureño por momentos se acerca demasiado a su interpretación del Teniente Aldo Rein en Inglorious Basterds. Si bien en aquella sátira el papel le caía como anillo al dedo, acá hace un poquito de ruido, pero bue... son milicos.
El final también desilusiona bastante, pero acá no quiero decir mucho por respeto a los dos o tres que no la alquilaron pirata en la calle hace varios meses. De esto sólo voy a decir que todo el esfuerzo que se tomó el director en mostrarnos una guerra real, llena de muerte y sufrimiento, es tirado a la basura en 5 minutos en los que todo rastro de verosimilitud es barrido abajo de la alfombra (o mejor dicho, abajo del tanque).
VEREDICTO: 6.5 - Meh!
Lejos de ser una película horrible, Corazones de Hierro no nos enseña nada nuevo acerca de los horrores de la guerra. Lindas escenas de acción, actuaciones correctas y un par de temas interesantes a medio desarrollar. No esperes mucho más.