Película polaca nominada al Premio Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa durante 2019, “Corpus Christi” elige un particular abordaje hacia la temática religiosa que suele proveer materia fértil para el análisis cinematográfico. Allí está la figura de un sacerdote igualmente carismático e impostor, centro del relato del último film de Jan Komasa, reciente novedad en nuestra cartelera cinematográfica local, dos años después de darse a conocer en festivales internacionales.
Inspirada en eventos reales, esta historia nos ilustra acerca de la dualidad presente, de modo inexorable, en la esencia humana. Su examinación acerca de la comunidad fracturada en donde el relato se emplaza resulta el disparador argumental idóneo para que el cineasta reflexione acerca de cuestiones como la identidad individual. ¿Que ocurre cuando fingimos ‘ser otro’? ¿Que implica, por otra parte, ser realmente auténtico? Los límites se difuminan a la hora de discernir que es correcto y que no, líbranos de todo mal intencionado. Será tarea de cada espectador resonar con tales preceptos bajo su propia balanza moral.
El realizador filosofa acerca del rol que juega un trauma al sellar el destino del lugar en donde transcurre el relato. Causalidades o casualidades de un plan divino inalterable, una experiencia religiosa coloca al renovado hombre de fe en tiempo y espacio apropiados. Nos preguntamos si la sanación de la tragedia viene en forma de bendición o condena. ¿Es aquella persona que otorga un atisbo de esperanza la misma que amenaza el status quo del lugar? Dos caras de una misma moneda; otra vez, la dualidad omnipresente. La impostura de la investidura otorgará peso específico al ambiguo valor de la fe. “Corpus Christi” es un logrado drama social que hace foco sobre un mundo polarizado en pequeña escala. Jamás cediendo al didactismo, su autor opera con contundencia. Y sin culpa ni autocastigo, solo por amor al prójimo cinéfilo.