Vanesa echa a Joaco de la casa cuando comprueba que le fue infiel. Siguen viéndose porque escriben juntos una película. Él le ofrece amistad y ayudarse en lo artístico, no quiere perderla. Ella acepta, no puede pensarse sin él. Pronto quedan atrapados en relatos de enojo, miedo y victimización. Joaco se torna irascible e intolerante y ella no logra tomar distancia. Vanesa comienza a plasmar en un cortometraje lo vivido en su pareja, lo que la ayuda a atravesar la ira y la depresión para finalmente aceptar la separación.
Pero algo más grande sobre ella misma se le revela en ese camino.