Un llamado a la realidad
Córtenla… es una película de denuncia pero un panfleto de barricada. Más aun, las decisiones estéticas del documental de Ale Cohen siguen el camino iniciado por Los inundados (1962) de Fernando Birri y la Escuela del Litoral de Santa Fe: se puede hacer un cine contestatario y militante con cierta dosis de ironía y humor.
El aspecto temático ancla en el espantoso trabajo en los call center, ese refugio de jóvenes que desean ganarse un mango y que son obligados a una labor precaria y tercerizada donde la explotación gana la partida. La narración cruza diferentes registros: algún testimonio, una puesta en escena donde las cabezas parlantes transmiten sus reflexiones por teléfono, fragmentos de animación pletóricos de crítica algarabía y una cámara que se entromete en reuniones empresariales. Allí se muestra el rostro más cruel de los call center, en esas conferencias donde se habla del futuro laboral y de los emprendimientos económicos donde sólo se necesita un rostro feliz que no atente contra el poder del dinero. Por si no bastara, la película agrega un par de logradas ficcionalizaciones donde un excitado jefe explica a una jubilada cómo manejarse en el trabajo.
El secreto del documental, por lo tanto, está en la alternancia de los materiales y en el eficaz montaje que actúa como contrapunto de diferentes voces y puntos de vista que hablan de un mismo tema. En ese choque ideológico entre trabajadores tercerizados y empleadores supuestamente benefactores, el documental encuentra su centro y su crítica mirada para denunciar, sin olvidar el humor, un paisaje actual que aún no tiene solución.