Contar con un sentimiento de protesta y lucha a la hora de abordar una obra es, tal vez, la forma más genuina de volcar en el arte el sentir de una época, una sociedad, incluso las problemáticas por las que atraviesa. “Córtenla, una peli sobre call centers” aborda un tema escondido por los medios y los gobiernos de turno por la gigantesca cantidad de intereses que giran alrededor de la industria de la atención telefónica, en desmedro de la calidad de vida y de trabajo de quienes se sientan diariamente varias horas frente a una PC para resolver problemas ajenos.
Como el público sabe poco, e indirectamente es cómplice de la situación, el hecho de que la estética sean cabezas parlantes no es de extrañar, hasta se podría decir que es necesario porque la intención es, claramente, hacer conocer lo que pasa con los trabajadores de call centers en cuanto a las condiciones laborales, posibilidades de desarrollo y eventualmente un pantallazo sobre el día a día.
Los pilares sobre los que se apoya Alejandro Cohen para lograr su objetivo son básicamente tres, intercalados entre sí casi aleatoriamente: los testimonios de ex empleados; imágenes de una convención de empresas dedicadas al rubro; la dramatización de un día en el puesto de trabajo que comienza con una señora a la que tomaron de empleada, una compañera de trabajo y un supervisor.
El primer pilar nos sirve para entender algo de la situación. Los chicos han sido sometidos a condiciones desfavorables de trabajo, lo cual, doy fe, es absolutamente cierto. Quien escribe estas apreciaciones ha pasado por al menos dos de las empresas mencionadas, entre otras están Teleperformance, el servicio de atención de Claro, Qualfon, y Telecom. Pero hay muchas más.
El segundo pilar muestra a la patronal desplegando sus conceptos. Hay frases de esta gente que pone los pelos de punta, como las de un sujeto (el documental carece de información sobre quienes hablan en ese congreso) detractor de las paritarias que habla de la “exterminación de los disidentes”. Este, junto con otros impresentables, son los puntos fuertes del discurso empresarial que sirve para dar testimonio sobre el escaso interés en el bienestar de los telemarketers, además del desconocimiento del artículo 14 y 14 bis de la Constitución Nacional. Que estas empresas tengan un departamento llamado Recursos Humanos es un error gramatical.
El tercer pilar, la dramatización, es el principal problema de “Córtenla, una peli sobre call centers”. La información que aporta como tal intenta reflejar con humor cada una de las situaciones cotidianas en la vida de un telemarketer. Si estuviéramos frente a un producto más completo en cuanto a la información coyuntural, material de archivo, incluso registros caseros con celular in situ como muestra de osadía, la inclusión podría ser un elemento de color. Pero aquí hay carencias de todo eso y por lo tanto, la “ficción”, cobra una preponderancia poco aconsejable. Como si las víctimas (suponemos al director como una de ellas) hubieran querido burlarse de un supervisor y de una empresa en particular disminuyendo la fuerza del contenido. Para colmo falta pericia para construir la ficción, timing en la edición y criterio para la inserción con el resto del material. Nada, excepto las actuaciones, funciona en la dramatización, lo cual deriva en una distracción. Diverge la atención de lo que realmente importa de esta película y que sí logra por momentos sacar a la luz el tema, como a los trabajadores de call ceneres indefensos para accionar. Ignorados por el Sindicato de Empleados de Comercio, al cual pertenecen, casi todos en forma arbitraria, y ninguneados por el resto de los sindicatos, por no ven en estos jóvenes una fuerza adicional para oponerse a las condiciones laborales desfavorables, por lo que habría que hacer algo al respecto.