Cosmopolis

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

No cabe duda de que las películas de David Cronenberg basadas en libros a los que respeta demasiado son lo peor, lo más débil de una obra en general fascinante. “Cosmópolis” no es la excepción: aquí se trata de un hombre que viaja en limusina, un especulador bancario cuyo mundo se disuelve minuto a minuto en el caos sin que le importe, porque definitivamente vive en otro mundo: la alienación lo lleva directamente a lo zen. Ok, el film está basado en la novela de Don DeLillo; ok, el precedente literario es pesado. Ok, a Cronenberg siempre le interesa ver cómo un nuevo universo fantástico y visceral surge de las entrañas (a veces literalmente) de este. Ok, este film no descarta en modo alguno nada de aquello que formó siempre parte de su temática y estilo.

Pero, como sucedía con “Almuerzo desnudo” y con la mucho mejor –pero igualmente “respetuosa”– “Crash-Extraños placeres”, estamos ante un “Cronenberg para críticos y/o especialistas y/o literatos”. Y, como pasó con “Un método peligroso” (una película con mucho más humor que esta supuesta sátira), con una lectura superficial de un texto en lugar de una interpretación personal. Bien, puede que Cronenberg crea que hoy solo es posible leer superficialmente y que el mundo es demasiado explícito. Sea: en ese caso, tenemos un buen film para discutir teorías fílmicas y seguir abonando las discusiones “d’auteur”. Pero será confundir, pues, “sesudez” con inteligencia. El caos del mundo aparece de modo mucho más inteligente en “Duro de matar”.