Una película "de concepto"
Tras dirigir los dos films de la saga de Iron Man, el conocido actor Jon Favreau se arriesga con una película "de concepto" (el título ya lo dice todo) producida por Ron Howard y Steven Spielberg (¡qué fijación que tiene Spielberg desde siempre con los extraterrestres! En los últimos meses, sin ir más lejos, supervisó este film, Súper 8 y la serie Falling Skies, todos proyectos con alienígenas invadiendo la Tierra).
¿Cómo sería el concepto de Cowboys & Aliens? Un western clásico + algo de Indiana Jones + otro poco de Encuentros cercanos del Tercer Tipo + CGI + algo de romance + el protagónico de Daniel "007" Craig en plan John Wayne y, claro, del inoxidable héroe de acción Harrison Ford (poco aprovechado en esta oportunidad).
El resultado es medianamente convincente. Por un lado, se agradece una historia "original" (cortesía de un ejército de ¡cinco! guionistas y varios consultores más) filmada en... ¡2D! y sin tanta desesperación por impactar desde lo visual (no hay abusos de efectos especiales ni de explosiones, al menos hasta cerca del final). El problema es que Favreau no resulta del todo eficaz a la hora de narrar un western (los enfrentamientos son bastante confusos) y se extraña aquí mayores dosis de humor, como las que nos regaló Robert Downey Jr. en la primera Iron Man.
La relación padre-hijo (Harrison Ford-Paul Dano) y la subtrama romántica (Daniel Craig-Olivia Wilde) resultan más que elementales y poco lucidas, pero el film se sostiene con bastante dignidad en su exploración de la mitología del Viejo y Lejano Oeste (un pueblo de Arizona, en 1873, con la fiebre del oro de trasfondo) y los toques de absurdo (vaqueros e indios unidos por única vez para enfrentar a los invasores). Estamos ante una película aceptable, pero que deja una clara sensación de que daba para más. En definitiva, el mejor western del año sigue siendo Rango, una película más "animada" que estos esquemáticos cowboys y aliens de Favreau, Howard y Spielberg.