Geek Nirvana
Por la red circula uno de esos afiches falsos que se "burlan" de las películas. Cambian el título original por el título fiel al sentido de la película. Así, The Tree of Life se llama Oscar, protagonizada y dirigida por Oscar (ya que todo parece indicar que es una de esas películas a las que a la Academia le gusta premiar). El de Cowboys & Aliens no podía ser más certero: Geek Nirvana. Si Sucker Punch era un mediocre rejunte de fantasías nerds, C&A no se queda atrás: faltaban los monstruos clásicos de Universal entrando en el tercer acto, para la batalla final, y estaban todos.
La conjunción del título es una "y" pero bien podría haber sido un "vs.": quizás no lo usaron ya que hace unos años los aliens habían tenido que enfrentar a los monstruos. Un poco de paz no viene mal, cada tanto. Esta vez llegan a la Tierra, pero desconocemos sus intenciones. Las caballos de sangre pura no son competencia para las naves espaciales, así que los vaqueros son rápidamente dominados por los extraterrestres. Entra en escena Jake Lonergan, uno de esos tipos con un pasado violento y desmemoriado (otro héroe amnésico: y van...) que tiene un brazalete sofisticado con el que puede darle batalla a los invasores. Esto es apenas el inicio: lo que viene será un viaje entre los clásicos personajes del western: hay un Doc (y por ende, se escucha un "Hey Doc!) protagonizado por el versátil Sam Rockwell, un alguacil que quiere arreglar las cosas para bien con el desaforado, una extranjera, un tipo racista, un indio bueno, un indio no-tan-bueno, y claro, aliens que desliegan brazos del interior del exoesqueleto.
Daniel Craig es un tipo bravo, como ya probó en Casino Royale, así que este rol encaja a la perfección con su piel curtida y su rostro temerario. Harrison Ford es una presencia mayúscula en cualquier film que aparezca y sabe como hacer de malhumorado (los que tuvieron la oportunidad de entrevistarlo, dicen que él es realmente así). Olivia Wilde no tan sexy como en Tron: El legado, pero igualmente deslumbrante (casi tanto como las lens fleres que parecen salidas de J.J. Abrams). Ya con sólo mencionarlos uno sabe que además de todos los personajes antes nombrados, se podrá encontrar con James Bond e Indiana Jones salvando a la chica de Tron de los aliens. Es la fantasía nerd, bien hecha.
Mezclar géneros tan diversos y disímiles como estos no es tarea fácil. A lo largo de los años, estos crossovers demostraron ser casi imposible. Cualquier neo-western retro-futurista es desastrozo. Vean Wild Wild West, sino. Pero el director de Iron Man se las ingenia bastante bien: consigue crear atmósferas dignas del western (con personajes que recuerdan un poco al cine de John Ford) y que la mixtura no sea tan chocante. Matthew Libatique, el cinematógrafo de El cisne negro, ilumina los salones como homenajeando a Los imperdonables (de Clint Eastwood) y las luces de las naves espaciales, como en Star Trek. Los condimentos están, la preparación está bien hecha, pero hacia el final, Favreau apura la cocción: el último acto, la escaramuza entre terrícolas y seres espaciales, no está filmado con mucha dedicación (demasiada cámara "inquieta") y la conclusión es más bien abrupta. Una lástima. Sin los aliens, quizás hubiese sido un producto más formidable.