Con espíritu lúdico
Algunos buenos estrenos argentinos siguen colándose por los pequeños resquicios de una cartelera comercial coptada por la inminencia del Oscar. Casualidad o no, la semana pasada fue el turno de El fruto y ahora llega Cracks de nácar, simpatiquísimo documental de Daniel Casabé y Edgardo Dieleke (visto en el BAFICI 2011) acerca de (el entrecruzamiento de) la amistad y la pasión protagonizado por dos setentones con varias aficiones en común: el whisky, los diálogos compartidos y... el fútbol con botones.
¿Fútbol con botones? Claro, de allí el título del film: la dupla recorre mercerías y tiendas especializadas auscultando las pequeñas piezas para quedarse únicamente con aquellas realizadas con ese material, las únicas aptas para disputar los cotejos. Después le seguirá un riguroso proceso de pulido y ajustes con el fin de dotarlas de diversas “habilidades”. Así, los habrá más rápidos, más aplomados pero seguros, otros robustos e infranqueables.
Por si no fuera suficiente con las particularidades de ese deporte, los amigos no son otros que los periodistas Rómulo Berruti (sí, el de Función privada) y Alfredo Serra, que en cada plano desparraman esa química que sólo el conocimiento mutuo a lo largo de más de medio siglo puede generar. Casabé y Dieleke alternan fragmentos de anécdotas compartidas y situaciones de sus vidas cotidianas con los enfrentamientos botoneros entre ambos, todo narrado con un tono lúdico cuyo principal efecto es una bienvenida liviandad. Quizá así se entienda por qué Cracks Fde nácar transmite la sensación de que nada del todo malo puede pasar.
Documental tan disfrutable como sus protagonistas, el film cae en su parte final, cuando apuesta a un cambio de registro para mostrar un encuentro con dos jugadores brasileños y el posterior partido entre ambas duplas. Es un momento forzado que quiebra la organicidad de lo anterior, que amenaza con sacudir los cimientos de un mundo al que, sin embargo, da ganas de quedarse por un buen rato.