Una pelea de dos frentes
"Creed : corazón de campeón", una especie de spin-off de "Rocky", será un deleite para los amantes del boxeo, pero también para ajenos a él, ya que el contenido es soberbio a pesar de tener un gusto ya saboreado por todos. Repite pero no aburre y allí recae el mejor efecto que puede causar.
En el mundo de Hollywood, del entretenimiento en general, la repetición de fórmulas para repetir un éxito es moneda corriente. Secuelas, spin off, precuelas, y demás tipos de largometrajes corren con la ventaja de traer algo ya conocido para la audiencia, pero con dispares resultados. Algunos que rompen la taquilla (incluso filmes mejores que los originales), otros fracasos rotundos y unos cuantos indiferentes, siempre serán comparados y de allí saldrá la respuesta del público y la crítica. En “Creed”, las referencias a “Rocky” son inevitables desde la trama pugilística hasta la presentación de Sylvester Stallone (desde el afiche), en el filme que dirige en esta ocasión Ryan Coogler, que sale muy bien parado; no pisando fuerte sobre la historia original aunque nunca olvidando cuáles fueron los puntos fuertes que llevaron a la franquicia al reconocimiento internacional. Adonis Johnson (Michael B. Jordan) creció con mucho resentimiento hacia su padre, Apollo Creed, a quien nunca conoció. Una mezcla de sentimientos e ira contenida lo llevará a seguir los pasos de su progenitor, como amateur en el mundo del boxeo, hasta que decide viajar a Filadelfia para pedirle a Rocky (Stallone) -quien era amigo de Apollo pero también uno de los pocos que logró vencerlo- que lo entrene. El ex boxeador, quien ya tuvo una mala experiencia como entrenador (Rocky V, 1990) se niega en principio pero al notar fuego a punto de incendiar en él, decide ayudarlo, contenerlo, en homenaje a su fallecido compañero. En plena evolución deportiva, llegará la noticia que ni su protegido ni ningún fan quiere escuchar: a Rocky le detectan cáncer, hecho por el que el filme se transformará en una lucha en paralelo de el ex y el novato boxeador.
Intensamente filmada, con grandes escenas sobre el ring en las que puede hasta sentirse el dolor de cada golpe que se tiran en las peleas, “Creed” será un deleite para los amantes del género deportivo, pero también para ajenos a él, ya que el contenido es soberbio a pesar de tener un gusto ya saboreado por todos. Repite pero no aburre y allí recae el mejor efecto que puede causar. Párrafo aparte para la gran actuación de Sylvester que, en una edad en la que muchos padecen la decadencia, el actor se encuentra en su mejor nivel, dejando atrás la postura de bruto para destacarse como un viejo sabio que ya recibió muchos golpes en la vida y sabe cómo recibirlos, mejorando incluso la performance de “Rocky Balboa” (2006).