Es moneda corriente cuestionar la falta de originalidad en Hollywood cuando se anuncian proyectos de la talla de Creed, pero una mano competente puede dar vuelta todo preconcepto. Seis películas en la saga Rocky llevaron al icónico personaje de Sylvester Stallone por todos los caminos posibles, sea ganar y defender el título mundial, en apariencia terminar la Guerra Fría y hasta volver al ring después de 16 años de retiro. No quedaba mucho por descubrir en la carrera del Semental Italiano, por lo que un desarrollo orgánico fue el correrlo del foco de atención y poner al frente a un nuevo boxeador en ascenso, el hijo del mítico Apollo Creed. Y a partir de ahí la historia se da con naturalidad, con Balboa asumiendo el rol que se pretendió allá por el '90 con Rocky V, la peor de la franquicia, la cual sufría del estilo camp en el que Sly había sumergido a sus películas.