La continuación del film de 2015 encuentra golpes certeros en esta historia que une, una vez más, deporte y drama familiar. Creed 2: Defendiendo el legado es una película que no pierde tiempo y va a lo seguro con personajes que el público fanático de la saga conoce como la palma de su mano.
Adonis -Michael B. Jordan- acepta la propuesta de enfrentar a Viktor, el hijo del legendario boxeador ruso Iván Drago -Dolph Lundgren- en un combate feroz. Aunque su estrenador, Rocky Balboa -Sylvester Stallone- da un paso al costado, Adonis se sube al ring para combatir con el hijo del hombre que mató a su padre, Apollo Creed.
La historia es efectiva dentro y fuera del cuadrilátero y expone las rivalidades personales, el pasado glorioso y el presente cambiante con la esposa de Adonis, la cantante Bianca -Tessa Thompson-, que está esperando una beba. Detrás de los luchadores están Balboa y Drago como entrenadores, y también fueron dos viejos rivales que llevan adelante técnicas y motivos diferentes a la hora de subir a sus deportistas al ring.
Con algunos toques de humor -Creed le pregunta a Balboa qué se hizo en el cabello- y el rencor que se adueña de los antagonistas de turno por la pelea pasada, el filme habla de la soledad después de la fama y de las segundas oportunidades para comenzar de nuevo.
Con el peso de su padre Apollo Creed sobre sus espaldas, Adonis se cae y se levanta, y entrena en el desierto bajo la severa supervisión de Balboa para levantar el título de Campeón de Peso Pesado.
El director Steven Caple Jr. rinde -a partir del guión de Stallone - un buen tributo a la saga Rockyexpandiendo a los personajes con sus dramas personales, familiares y entregando tensión en el desenlace por más que el espectador sepa cómo terminará la historia. Y para los nostálgicos hay una pequeña participación de Brigitte Nielsen como la esposa de Drago.