El tercer filme de esta renovada saga heredera de Rocky, tiene nada de original, es más, tiene mucho puntos de contacto con “Ángeles con Caras Sucias” (1938) de Michel Curtis. Dos jóvenes amigos, ladronzuelos de poca monta, son perseguidos por la policía, uno escapa, el otro es atrapado. Con el tiempo se vuelven a encontrar, el primero es un cura, el segundo es un gángster. Lo cual plantea una especie de confrontación Acá estamos en la misma situación, pero en el mundo del boxeo, uno es el campeón del mundo, el otro que perfilaba para serlo es casi un desclasado. Adonis Creed (Michael B. Jordan), ya no es un pobre desvalido, pero el relato necesita para empatizar con el personaje,