¿Se acuerdan cuando anunciaron que iban a seguir exprimiendo la franquicia de Rocky con una nueva entrega, pero sin Stallone como protagonista? Todos nos reímos, pero la sorpresa que nos llevamos fue por demás gratificante; al grado que nos ilusionamos con un Oscar para el veterano actor. Quien hubiera pensado que íbamos a recibir una tercera entrega así…
La trama es bastante simple; y es que otra vez volvemos a la vida de Adonis Creed, quien ahora está retirado y regenta el gimnasio donde se formó. Un día reaparece un viejo amigo, que, tras dieciocho años preso, le pide ayuda para volverse un boxeador profesional. Pero este no es el único deseo que tiene el supuesto amigo.
Ya sin Stallone en el casting, Michael B. Jordan protagoniza y dirige esta tercera entrega, que luego de haberla visto, debo decir que toma demasiadas cosas prestadas de Rocky lll, estando ante el claro ejemplo de un remake disfrazado de secuela; llamada también rekuela. Esto no tendría nada de malo, si es que a nivel guion Creed lll tiene más problemas, que golpes recibidos por los boxeadores.
El primero de ellos es que se busca indagar en el pasado del protagonista, quien esconde un oscuro secreto, y que la propia película se encarga de mostrarnos lo forzada que fue la situación para que Adonis se sienta en deuda con Dame (su amigo). No queda claro porque el comportamiento de ambos, o como la policía no logra resolver varios problemas teniendo las evidencias en las manos de los propios personajes principales.
Por suerte para compensar este desastre argumental lo tenemos a Jonathan Majors, quien hace tiempo se viene posicionando como uno de los actores más interesantes para seguir su carrera. Y si bien su personaje es casi un remake del de Mr. T en la ya mencionada Rocky lll, el actor tiene el suficiente carisma como para darle personalidad propia a su rol. Aparte de tener buena química con Jordan en pantalla.
Y hablando de este último; su dirección es bastante ambigua. Propone algunas cosas interesantes, aparte de tener buen pulso a la hora de dirigir las peleas; pero al mismo tiempo por momentos dichas secuencias de las mismas se sienten como una coreografía entrenada al son de música o palmas, que una pelea real. Veremos si sigue probando con la dirección o esto fue solo un experimento.
En conclusión, Creed lll es una película regular tirando a malilla. Si este es el final de la saga spin off del Semental Italiano, podemos asegurarles que no merecía terminar así.