Muchas dudas y mucha expectativa sobre esta tercera entrega de la gran saga spinoff de Rocky.
Desde el vamos supimos dos cuestiones fundamentales: es la primera vez que Sylvester Stallone no participa en ninguna capacidad y Michael B Jordan debuta como director.
Analicemos estos dos ítems.
Hace poco más de un año nos enteramos de que el mismísimo Semental Italiano, creador de Rocky y su universo, está muy peleado -en el medio de una batalla legal- contra Irwin Winkler, quien fuera el productor de la primera Rocky (1976), sus secuelas, Creed y cualquier derivado ya que es dueño del personaje desde la firma del contrato con el actor, guionista y director.
Aún así Stallone logró que se necesite su propia autorización para cierto tipo de contenidos. Pero lo mismo va desde otro lado.
Es por ello que el proyecto de Rocky VII y la serie precuela (que iba a salir por Amazon) se encuentra todo frenado y/o muerto.
Y en lo que refiere a este film, se siente mucho su ausencia y da bronca que se lo mencione solo al pasar.
Es un insulto al espectador ya que no se justifica desde lo argumental la falta de alguien tan importante en la vida (y la carrera) de Adonis Creed en sus últimos años.
Ojalá que cuando llegue la -ya anunciada- cuarta parte se hayan resuelto las cosas...
Y en cuanto a Jordan como realizador, juega un rol más que digno -y muy deudor- de las dos entregas anteriores y casi todas las Rocky.
Y es lógico que así sea, pero da la sensación de que se queda corto en algunas secuencias en cuanto a la puesta para lograr cierta épica.
Es un delito el poco énfasis que tiene el montaje de entrenamiento si nos ponemos a comparar.
En su rol de protagonista, Jordan vuelve a romperla y es grandioso ver cómo sigue creciendo en el papel.
Lo mismo sucede con Tessa Thompson.
Ahora bien, la situación de Jonathan Majors es diferente. Por un lado, se encuentra en gran ascenso este año y en los próximos por ser el nuevo gran villano de Marvel y otros entrenos en su haber.
No obstante, y pese a la back-story que le dan, queda medio desdibujado como "villano". Es una especie de Tommy Gunn (Rocky V, 1990), un poco más trash pero que genera menos desde lo emocional.
Ojo que nada de estas cuestiones que estoy señalando hacen que el film sea malo porque no lo es. Pasa que la vara (y la leyenda) está muy alta.
Creed III es una buena película, suma a la franquicia, pero no resalta.
Sabemos que va a repuntar.