Creed III finaliza con Michael B. Jordan como director y volviendo a destacar a sus retadores tanto en el ring, como durante su preparación antes de la pelea estelar.
Dirigida y producida por Michael B. Jordan. El reparto está compuesto por Michael B. Jordan, Jonathan Majors, Tessa Thompson, Wood Harris, Florian Munteanu, Phylicia Rashad y Mila Davis Kent.
Cinco años luego de los sucesos de Creed II, después de dominar el mundo del boxeo, Adonis “Donnie” Creed ha prosperado tanto en su carrera como en su vida familiar. Cuando un amigo de la infancia y ex boxeador prodigio, Damian “Dame” Anderson, reaparece después de cumplir una larga condena en prisión, está ansioso para demostrar que merece su oportunidad en el ring. El enfrentamiento entre antiguos amigos es más que una simple pelea. Para ajustar cuentas, Donnie debe arriesgar su futuro para luchar contra Dame, un luchador que no tiene nada que perder y como suele decir su amigo y mentor Rocky Balboa: “Cuando un boxeador no tiene nada que perder se convierte en alguien peligroso”.
En esta tercera entrega, Michael B. Jordan llega en solitario para hacer boxear nuevamente a Adonis Creed, ya sin Rocky en ella, Donnie deja de estar bajo el ala de su mentor y se le da mucho más valor, debido a que tiene una cuenta pendiente personal que saldar, ya que su pasado lo persigue.
Adonis Creed vuelve al ring para luchar contra un retador sumamente peligroso, el cual estuvo en su vida durante su infancia, por lo que la pelea entre estos dos personajes trae sentimientos encontrados entre sí, provocando que sea una lucha muchísimo más dura y las peligrosa en la vida de Adonis.
Creed III tiene el gran condimento de mostrar el desarrollo de los entrenamientos previo a la gran pelea, lo que hace que la emoción suba cada vez más, pero no llega a cautivar del todo cuando ya se encuentran en el ring. Es cierto que no es fácil hacer una película de boxeo y mucho menos hacerle justicia a este increíble deporte, pero es algo que viene sucediendo en esta trilogía desde su primera entrega. Esto no quiere decir que las peleas sean malas, solo que el dinamismo podría mejorar, y eso puede llegar a pasar con el tiempo. Ya que la presión previo a la pelea final es increíble y fascinante, con todo lo visto, el espectador queda con la vara muy alta y puede que quiera ver más en el ring.
Lo mejor de Creed siempre fue el tiempo en pantalla de los antagonistas y lo que hace Jonathan Majors es sublime. La trilogía siempre le abrió la puerta a grandes villanos, porque más allá de las motivaciones de Adonis, se necesitan tipos malos que quieran romperlo y este vuelve a ser el caso en Creed III. Con un personaje que no tiene nada que perder y que sus motivaciones lo llevan más allá de sus propios límites para demostrar que es el mejor.
No es una película revolucionaria en el cine de boxeo y tampoco quiere decir que bajó el nivel por el lado boxístico, ya que esta tercera parte es muy interesante y el debut de Michael B. Jordan como director es fantástico. El cine deportivo es complicado, pero Creed se suelta de muy buena forma sin Rocky, abriéndole paso a Adonis y a otro cualquier retador que llegue a su gimnasio o a su vida.