El lado más oscuro de la maternidad.
Cría siniestra (2022) es una notable película de terror de origen finlandés, debut en la dirección de la realizadora Hanna Bergholm y protagonizada por la joven actriz de doce años Siiri Solalinna. Su trama refiere sobre el sometimiento psicológico que sufre Tinja (Solalinna), una preadolescente, por parte de su madre (Sophie Heikkilå), una influencer que se desvive para mostrar en sus redes una perfecta vida familiar, que en realidad está muy lejos de serlo. Tinja practica cada día y de forma muy rigurosa una difícil disciplina deportiva, gimnasia artística, pero su frágil cuerpo parece no soportar mucho más tanta presión y entrenamiento. Su madre, una mujer joven y bella de modos que dan verdaderos escalofríos, le inculca ser la mejor en todo momento y sobresalir entre sus compañeras, cueste lo que cueste. Tinja, que está en plena transición de la niñez a la temprana juventud, no soporta más estos requerimientos y se siente ahogada. Ni su padre, un hombre débil que solo acata órdenes de su infiel esposa; ni su hermano pequeño, demasiado envidioso y mañoso, serán sus aliados en su lucha diaria frente a su enfermiza progenitora. Una tarde caminando por los bosques que rodean el idílico hogar, Tinja encontrará un huevo empollado por un ave recientemente muerta. Curiosa, la joven lo llevará a su cuarto, para luego ocultarlo de su familia en su enorme oso de peluche marrón. El huevo irá creciendo sin límites y de él nacerá una particular ave, que comenzará a tener un extraño y violento comportamiento.
Cría siniestra es un largometraje de género lleno de amargas alegorías. En ellas se refiere de forma muy directa al lado oscuro de la maternidad, ese que habla del brutal control absoluto sobre la vida de un hijo y también de la mala proyección de los sueños truncos de una progenitora. Esta madre es todo lo que está mal y ganará la empatía del espectador apenas comenzado el metraje. Tinja será una víctima más de su madre con una psiquis dañada y la cría que la acompaña en su maravillosa y perfecta habitación será un reflejo de sus propios deseos. Poder aplacar un vínculo materno-filial cruel y de paso entender otro nuevo con su cría, un siniestro doppelgänger de su triste existencia.
Visualmente Cría siniestra muestra un estilo preciosista. La casa donde habita Tinja y su familia es pulcra, limpia, como salida de una revista de decoración. Sus paredes cubiertas de papel floral son signo de belleza y armonía. Pero toda esta apariencia ideal es falsa. Es una puesta en escena que la madre impuso para los de afuera. Dentro todo se desmorona, sufriendo principalmente Tinja de un tortuoso día a día. Es muy acertado por parte de la novel directora, Hanna Bergholm, ubicar muchas secuencias de horror a plena luz de día. Los hermosos paisajes finlandeses, que parecen sacados de las ilustraciones de algún cuento infantil, se volverán encarnecidos escenarios de una macabra realidad. La oscuridad siempre es asociada con lo tenebroso, sin embargo aquí el terror diurno no falla y espanta.
Pasada la primera mitad de metraje el clima de la película se irá acercando al subgénero conocido como body horror, aquel dónde los cuerpos, la sangre y las vísceras ocupan un lugar central. La cría irá tomando forma y sus conductas destructivas también. Seremos testigos de lo espeluznantes actos y ya nada será igual. La perfección será destruida. La realizadora Hanna Bergholm es otra dama más que se atreve a filmar aterradores relatos de miedo. La francesa y controvertida Julia Ducournau ya lo logró con sus atrapantes filmes Voraz (2016) y Titane (2021), ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes en su edición 2022. También la australiana Jennifer Kent con su relevante El Babadook (2014), otro relato sobre una relación enfermiza entre madre/hijo. En este nuevo siglo las mujeres, y seguramente en algún momento madres, salen con sus cámaras a la vida para contarnos perversas historias de terror metafóricas, la mayoría con excelentes resultados. Bravo por ellas y su valentía.