Hortensia tiene 53 años y trabaja como empleada doméstica (en verdad, es una mujer orquesta) en una finca catamarqueña ubicada en el poblado de El Puesto. Esta mujer se ocupa con envidiable capacidad de los olivares, de los frutales, de los asados, de la leña, de la limpieza, de la cocina, del mantenimiento y hasta de ahuyentar murciélagos. No recibe un sueldo (obtiene 150 pesos de un plan social), aunque de vez en cuando obtiene ingresos con alguna venta ocasional (unas aceitunas, una mermelada, una torta).
El joven director cordobés Matías Herrera Córdoba sigue a la única y gran protagonista con rigor y con capacidad para ubicar la cámara a una respetuosa distancia (y conseguir siempre muy buenos encuadres), pero al mismo tiempo Criada da una sensación de déjà vu, como si esa combinación entre el documental observacional y la puesta en escena "algo" ficcionalizada ya fuera una marca, un sello (¿un karma?) del Nuevo Cine Argentino.
Las comparaciones con el cine de Lisandro Alonso son inevitables pero, más allá de los insoslayables valores narrativos, estéticos y técnicos del film (una buena carte de presentación para su director, otro exponente de la interesante movida del cine cordobés), es hora de pedirle algo más, una vuelta de tuerca, alguna sorpresa, a un modelo ya demasiado transitado.