Wildling es la enésima cruza entre pubertad y licantropía. El cine fantástico tiende a llevar a los extremos un cambio hormonal tan importante en el ser humano para demostrar el tortuoso camino que suele significar para hombres y mujeres, y de esa exploración suelen florecer excelentes exponentes del género como lo es la maravillosa Ginger Snaps. El debut cinematográfico de Fritz Böhm es una gran carta de presentación al mundo cinéfilo, que demuestra un gran ojo para la fantasía, pero su primogénito de celuloide es víctima de decisiones arbitrarias del guión que debilitan lo que podría haber sido un proyecto mucho más potable.