Lo primero que hay que destacar sobre Criaturas nocturnas, es que no es una película de terror. Sino un thriller con elementos sobrenaturales.
Aclarado esto, debo decir que no me terminó de convencer. Se queda a medio camino todo el tiempo.
Arranca de manera muy parecida a Room (2015) pero no se llega a capturar ni transmitir ese clima.
Lo que sí está bueno del principio es la repugnancia e intriga que causa el personaje interpretado por Brad Dourif.
La ópera prima de Fritz Bohm no logra conjugar bien los elementos de fantasía. Su error es no marcar una mitología clara. Deja muchos espacios en blanco para que el espectador llene, y sucede que no hay ganas de hacer eso.
Sin embargo, hay algunos planos muy bien logrados. La fotografía es pintoresca y hace zafar a unos VFX bastante medio pelo.
En cuanto al elenco, nadie termina de convencer. Ni la protagonista Bel Powley ni Liv Tyler, quien viene medio de capa caída en los últimos años por papeles poco relevantes.
Sin dudas lo mejor del ensamble es Dourif.
Hay un par de puntos de giro que están bien llevados, pero la mayoría es bastante previsible.
En definitiva, Criaturas nocturnas es una película pobre que no logra cumplir casi ninguna de sus propuestas.