Lucas Distéfano nos invita a un documental enmarcado en la Salina cordobesa, zona Norte y en el poblado de San José, espacio que fuera de gran actividad décadas atrás pero que ahora, por razones naturales y de las otras, no ofrece mucho empleo para los lugareños. Allí, en 2005 tuvo lugar un crimen pasional atípico para esa comunidad.
Un hombre, Ramón Cáceres, 80 años de edad, fue asesinado y arrojado su cuerpo a un pozo de agua por su mujer y su cuñado. La nota de color y la que convirtió a la noticia en un hecho curioso a nivel mediático era que la asesina tenía 36 años cuando decidió ponerle fin a la vida de su esposo. Motivos?
La cinta no se ocupa de encontrar esas razones. Toma ese crimen como un punto de partida para girar y mirar en 360 grados al pueblo y su idiosincrasia. Retrata sus anehlos y frustraciones y deja fluir relatos que explican las características de como se vive cerca de la Salina. Pocos habitantes (infierno grande), un hecho recreado a través de los testimonios de familiares y vecinos y un trabajo de sutil análisis etnográfico es lo que trae este trabajo de Distéfano.
El mayor acierto es el registro relajado y desprovisto de carga moral. La mayor debilidad es el tiempo y el devenir de algunas entrevistas, que aportan demasiado silencio y subrayan aquello que percibimos, la cadencia y letanía de vidas lejos de nuestro ritmo citadino.
Se despliega una invisible red de emociones contenidas que apuntan a sostener un relato austero hasta desde el punto de vista fotográfico.
"Crimen de la Salinas" ofrece una mirada al interior de nuestra gente, en un recorte particular donde el paisaje y las condiciones, promueven interacciones que se juegan en una perspectiva propia, incluso en momento donde las pasiones se vuelven oscuras y atentan contra la vida humana.