Uno de los estrenos argentinos más importantes. Ya en sus trabajos anteriores el director de “Patrón, radiografía de un crimen” y “El hijo” había demostrado con creces su talento para la ficción. Aquí brilla otra vez. Con un guión sólido que escribió con Pablo del Teso, con mucho trabajo de ensayo previo, logró una muy buena película con solo cuatro semanas de filmación. La trama gira en torno a una mujer, de clase media alta, que vive con su marido (Miguel Ángel Sola), la señora encargada del trabajo domestico y el pequeño hijito de ella, que prácticamente cría la dueña de casa. Un hijo adicto a las drogas duras está a punto de caer preso una vez más, acusado de violación e intento de homicidio a su ex esposa. Y con ese punto de partida los temas se multiplican, la corrupción policial, la judicial, un sistema perverso cuando de violencia de género se trata, son varios de los temas que salen a la luz. Pero nunca se abandona el hilo de una trama con suspenso, que hace crecer a cada personaje hasta develarlo en sus últimas consecuencias, con una sororidad femenina entendida desde el punto de vista de la protagonista, como pocas veces tan bien reflejada en una ficción. Nunca se cae en situación de discurso militante, se prioriza la emoción, la estatura humana, las reacciones posibles. Las actuaciones son llamativas por lo buenas, Cecilia Roth, la talentosa protagonista, que ha logrado un vínculo entrañable con el pequeño niño, hijo en la realidad y en la ficción del personaje de Yanina Avila, que despliega un gran trabajo. Miguel Ángel Sola en un rol pequeño al que le saca lustre y un elenco bien elegido para cada personaje, Paola Barrientos, Diego Cremonesi, Sofía Gala Castiglione, Marcelo Subiotto. Muy buena también la fotografía y la notable dirección de arte. No se la pierda.