Guerra entre Iglesia y gobierno
Hay películas tan carentes de estilo, tan vacías de corazón y autenticidad, que parecen despertar en el espectador la sospecha de un panfleto por encargo. Alguien busca bajar línea de forma clara y sin matices sobre un tema, y arma un proyecto donde los que filman dicho film no terminan de tener la convicción sobre el tema que tratan.
El resultado es algo como lo que se ve en Cristiada. Claro que esto es una sospecha, lo que se ve en la pantalla es tan sólo un film simplista, aburrido y sin gracia. Producción mexicana hablada en inglés (algo insólito, por cierto) con elenco internacional que narra el enfrentamiento entre el gobierno mexicano y la Iglesia Católica. Entre 1926 y 1929, bajo el gobierno del presidente Calles, las leyes que intentaban restringir los poderes de la Iglesia en la sociedad mexicana fueron trocando en una persecución que terminó en guerra. La película narra todos estos hechos con una clara, inequívoca y sin matices mirada a favor de la Iglesia. Tanto los miembros de la Iglesia, como quienes serán sus aliados, son los héroes de esta película. Independientemente de la simplificación del conflicto que Cristiada hace –y que muchos films suelen hacer frente a grandes temas históricos– lo que principalmente falla es la película como tal. Solemne, rutinaria, sin grandes momentos, el largometraje muestra que aun con un gran presupuesto y un gran elenco, las cosas pueden simplemente salir mal. La mirada unilateral de todo, tan sólo profundiza aun más la falta de interés de la historia. Y el tema más complejo e interesante, las relaciones entre la Iglesia y el Estado, queda completamente de lado debido a esto. Ni como entretenimiento ni como relato político Cristiada funciona.