RESCATE EMOTIVO
Crol pertenece a un amplio conjunto de documentales que, sin necesidad de ostentar una sofisticada puesta en escena ni de regodearse en formalismos estéticos, apuestan por un tono didáctico y se sostienen en base a testimonios capaces de construir una mitología en torno a un tema. En este caso, la natación.
El objeto en cuestión es una famosa maratón en el Río Coronda que se organiza desde 1961, por donde han pasado notables nadadores. El rescate de las voces que se suman es un modo de conservar la memoria regional, actitud ética que se desprende en el modo en que la directora afronta y sostiene el proyecto.
El registro alterna el pasado con el presente y se utilizan archivos, grabados y fundamentalmente se escuchan las voces de los protagonistas en primera persona, quienes le otorgan al discurso un carácter tan intimista como afectivo (entre ellos, el dramaturgo Eduardo “Tato” Pavlosky). El enfoque de Scheck apunta a destacar la faceta colectiva y popular de este deporte, un gesto noble si se tiene en cuenta que muchas veces es apropiado desde sectores elitistas o enfatizado en su costado más individualista de culto al físico perfecto. En este sentido, uno de los pocos hallazgos visuales se da a partir de un simpático contrapunto en el que se escuchan instrucciones por un megáfono sobre la maratón a realizarse mientras una fila de hombres panzones aguarda expectante u otros se toman unos vinos y comen una picada. Hay una voluntad por confiar en ciertas imágenes que puedan contrarrestar la épica de los relatos. Dentro de esa naturalidad y espontaneidad captada por la cámara se juegan los mejores momentos de la película, sobre todo cuando prescinde del tono didáctico o del tufillo a “qué tiempos aquellos”.
Demasiado pegado a un estilo de divulgación televisiva, solo algunos tramos se caracterizan por la belleza fotográfica. El resto parece supeditado al interés que el espectador pueda guardar con respecto al tema escogido.