El amor más audaz y prohibido.
El realizador, actor y guionista francés Emmanuel Mouret es un especialista en las llamadas comedias románticas, ese subgénero donde los enredos, los amores imposibles, junto con los finales felices son su esencia y razón de ser. Mouret tambien es algo así como la versión moderna o contemporánea de Eric Rohmer, el director por excelencia en su país de la comedia romántica, pero que siempre llevó a cabo con un toque de ironía y osadía. Rohmer formó parte del movimiento cinematográfico Nouvelle vague y también fue editor de la importantísima revista de cine Cahiers du Cinema, por lo que su influencia en otros futuros realizadores es vital y lógica, como es el caso de Emmanuel Mouret. Sus películas más recientes Caprice (2015), Señorita J (2018) y Las cosas que decimos, las cosas que hacemos (2020) se destacan por su gran sensibilidad, su sentido del humor y por la magnética seducción que rodea a su pareja protagonista y, justamente, romántica.
Crónicas de un affair es la nueva realización de Mouret y narra la relación (supuestamente prohibida) entre una enérgica madre soltera y un caprichoso hombre casado. Charlotte (Sandrine Kiberlain) se reencuentra con Simón (Vincent Macaigne) en una reunión de índole social. Ellos hace un tiempo compartieron un apasionado beso en una fiesta y una fuerte atracción física quedó trunca. Pero esta vez las cosas parecen que se concretan: ella, decidida, le pide que la acompañe a su departamento y no piensa dejar reprimir sus deseos. Él, accede, pero el problema es que ahora esta casado y tiene una familia. El vínculo entre ambos empezará con el pie izquierdo, pero esto no será impedimento para seguir adelante con su pasión, a pesar de los problemas que tendrá que afrontar esta relación.
Crónicas de un affair es una película delicada y lúdica. La excelente química de la pareja protagonista es tanto envidiable como irreal. Charlotte, una mujer libre y mandada, parece llevar por el mal camino al débil y acomplejado Simón, un hombre que no sabe decir que no a casi nada en su vida, en pareja hace más de 20 años y con dos hijos adolescentes. Será este paralelismo de personalidades tan dispares, más una narración que se apoya fuertemente en el humor, lo más atractivo de este especie de cuento europeo y moderno de amor. Algunos diálogos rozan entre el más intenso psicoanálisis y un tipo de pensamiento muy regional, muy francés. Acá el problema no es el affair. Al contrario todo se resume en seguir mintiendo o no. Si continuar una relación sin futuro ni perspectiva. De las consecuencias del riesgo por lo clandestino.
Mouret, así como su colega neoyorquino Woody Allen, sabe y entiende como presentar una inteligente historia de amor. Esta Crónicas de un affair, adulta y deliciosa, es una muestra de sobra de su talento y oficio. Charlotte y Simón son dos seres humanos personales y universales. Culposos, pecadores, pero principalmente que solo desean amar y ser amados.