¡VOLVIÓ LA VILLANA MÁS EXCÉNTRICA DE DISNEY! En la vorágine de la compañía por realizar remakes, precuelas y live action de películas que ya vimos, la semana pasada llegó una nueva versión de Cruella de Vil protagonizada por Emma Stone y dirigida por Craig Gillespie.
Estella es una joven huérfana que desea triunfar en el mundo de la moda. Para lograr sus objetivos hará todo lo posible por estudiar y trabajar con la Baronesa (Emma Thompson). Allí descubre su pasión y también la verdad sobre su pasado. Este film funciona como precuela de la Cruella que interpretó Glenn Close en los años ´90.
Lo primero que hay que destacar de esta nueva película de Disney es que el diseño de producción es extraordinario. Desde los maquillajes hasta los vestuarios, todo es excelente. Se utiliza una gama de colores sumamente particular, con una selección de tonalidad que condice muy bien con la época en que está ambientada la historia (años ‘60). Cada vez que aparece el personaje de Cruella en escena todos los ambientes se modifican, dando a entender que ella llega con lo último de la moda y con una predisposición total de mirar hacia el futuro.
Nuevamente Emma Stone logra interpretar un papel grandioso, incluso medianamente entrañable (dependiendo de cada espectador). No me parecería justo que se la compare con la antigua interpretación de Glenn Close ya que aquella quedó en la historia grande del cine infantil. Lo que me costó mucho es relacionar aquel personaje de Cruella con esta nueva versión, no encuentro grandes hilos conductores más allá de alguna sutil e interesante referencia. El resto del cast cumple con sus roles correctamente. Emma Thompson jamás decepciona y eleva la acción con su oficio y humor.
La historia es sumamente dinámica. Son muy pocos los momentos donde la trama deja de avanzar, hay diferentes planos secuencia, pasos del tiempo que suman ligereza e incluso los personajes progresan en sus personalidades a un ritmo adecuado. Me gustó mucho este rasgo de la película ya que aporta al espectador cierto placer de ver y estar atento a lo que está sucediendo en pantalla.
El mayor problema es el aspecto visual de los efectos especiales. Por momentos ver a los perros con un CGI tan abrupto genera que le prestes mucha atención a ello y te saca de la historia, creo que en este punto se podría haber apelado a la vieja usanza, con perros más realistas.
La musicalización tiene su encanto. Una de las mejores cosas de la película es el soundtrack “Call Me Cruella” de Florence + The Machine, es realmente una exquisitez, muy pegadiza y sumamente recordable. Sin embargo, esto tiene un contrapunto, porque creo que ha sido desaprovechado. Cuando una producción tan importante encuentra un soundtrack de esta envergadura debería usarlo en más pasajes de la historia.
Concluyendo esta review podría decir que es una película muy entretenida, que cumple con las expectativas de lo que prometía. Siento que es una de las mejores live action de Disney del último tiempo, pero me cuesta hacerla encajar en el mismo mundo que “101 Dálmatas” y eso le resta mucho porque se supone que es una historia de origen de aquella Cruella de Glenn Close, pero nos encontramos con un personaje completamente diferente. Es intrépida y me sorprendió, pero tiene algunas cuestiones inverosímiles. De todos modos, es una gran producción, con condimentos sumamente interesantes.
Por Leandro Gioia