Difícil ser breve luego de ver Cruzadas, de Diego Rafecas. Se produjeron en varios lugares de Internet algunas polémicas o protopolémicas. Por ejemplo, acá, a partir de una crítica de Diego Batlle:
Hoy (jueves 5 de mayo a la tarde), las 17 críticas listadas sobre Cruzadas en el sitio “Todas las críticas” son negativas, y el promedio de la película es de 2,3 puntos sobre diez. Quien firma los comentarios como Diego Rafecas (supongo que es el propio director de Cruzadas y no otra persona que firma con su nombre, pero el uso del seudónimo es muy habitual en el mundo 2.0) reaccionó con agresividad frente a la citada crítica de Batlle en Otros cines. Si bien mi espíritu corporativo es endeble (no creo que los críticos de cine se equivoquen necesariamente menos que la gente que se dedica a otras cosas), considero que quien firma como Rafecas se equivoca aún más en muchos aspectos de sus planteos (dejemos de lado los múltiples errores de redacción). En primer lugar en su agresividad y calificativos (“Que facil que es ser crítico de cine, que trabajo tan engañoso, impune y cobarde” y varios insultos y descalificaciones en otros sitios de Internet en donde se publicaron críticas de su película). Se equivoca también en no cuestionar con claridad y argumentos la crítica de Batlle. Creo que la crítica de Batlle sobre Cruzadas también está equivocada: las críticas de cine deberían explicar, describir algo de la película para que el espectador pueda confrontar lo descripto por el crítico con la visión de la película. Si la crítica consiste mayormente en muchos adjetivos y calificaciones y poco más, uno puede o no estar de acuerdo con el crítico, pero no hay diálogo posible entre el lector, el texto crítico y la película. Por otra parte, tanto la crítica de Batlle como la de Diego Papic en Clarín hablan de “mal gusto”. Tengo un problema con este término: no termino de comprenderlo. ¿Mal gusto? ¿Qué es “mal gusto”? ¿Un culo? ¿Dos culos? ¿Una puteada? ¿Plácido Domingo torturando tangos clásicos en el obelisco? ¿Gran Hermano? ¿Que a mí me guste mucho más Serena Williams que Valeria Mazza?
Si no desde siempre, al menos desde que Divine comió inequívocamente mierda de perro en Pink Flamingos (1972) de John Waters hay que describir qué implicamos cuando decimos mal gusto.
¿Esta breve crítica a ciertas críticas sobre la película implica que yo considero a Cruzadas una buena película? No: me parece mala. La considero, eso sí, una anomalía, una película extraña, con una enorme cantidad de elementos que no hacen sistema, lo que da como resultado una propuesta inevitablemente chirriante, teratológica, pero no felizmente teratológica (como sí lo era La dama regresa de Jorge Polaco, de 1996):
1. Hay enormes desajustes actorales. La película de un actor no parece coincidir con la de los demás. Algunos ejemplos: mientras Chachi Telesco (Mecha) se come las eses sin naturalidad, Claudio Rissi (Alcides) se mueve con comodidad en su dicción barriobajera. Nacha Guevara (Camila Lamónica) hace de reina de la bailanta, pero su dicción y entonación son más bien tangueras. Moria Casán (Juana Pérez Roble) intenta ser sobria pero no logra fluidez en sus líneas, y en las palabras más largas parece hacer esfuerzos de vocalización para mantener la frialdad de su personaje. Mientras tanto, Willy Lemos (Dr. Cano) juega a un histrionismo extra intenso, al igual que Alejandra Majluf (la Escribana Suárez) y Enrique Pinti (Ernesto Pérez Roble).
2. Hay pifias importantes en el armado general de la película. La mayor de todas tiene que ver con el nivel de lenguaje de los diálogos. Un ejemplo importante porque se refiere a la mitad de los ambientes en los que se desarrolla Cruzadas: cuando la película está dentro del “mundo empresario” o de la clase alta, no logra construir ni la retórica ni la semántica de ese ambiente (si fuera una parodia tampoco es consistente, porque para la parodia se necesita también algún referente, y aquí no lo hay, o no está construido con solidez). Cuando Pinti canta una supuesta canción de cancha ya entramos en un terreno de pifia mayor: nadie canta o grita en el mundo futbolero “Viva vivaaa San Lorenzooo” ¿Viva viva? Las intervenciones de Pinti en la película suelen ser extemporáneas, y la película no logra integrar la diversidad actoral en un universo variopinto (como sí lo lograba La dama regresa, una película chirriante pero cálida).
3. La dama regresa era, sí, una película festiva. Cruzadas no, apenas lo es brevemente, cuando Chachi Telesco baila con prestancia, profesionalismo y ritmo (y ese momento pone en evidencia mucho de lo que no funciona en el resto de la película). En La dama regresa había placer en varias performances, Cruzadas no transmite placer ni fluidez (se pasa de una situación a otra de forma abrupta, anticlimática) salvo en ese baile y cuando Telesco canta en su cama. De nuevo, son apenas momentos fugaces en una película que apuesta por otra cosa, por otra historia grotesca y gritona para el cine argentino, con un cuestionamiento vagamente conducido a ¿los grandes grupos mediáticos? Si hay alguna clase de crítica, no queda clara porque no hay referencias a qué es lo que hacen los grandes grupos mediáticos, más allá de que Ernesto Pérez Roble tiene una familia conflictiva y un pasado turbio.
4. La dama regresa era una película carnalmente procaz, desvergonzada, que festejaba desnudos y cuerpos varios. Aquí hay muy poco de eso, entre un cuidado extremo para iluminar de manera distinta los rostros de Casán y Guevara y mayores referencias sexuales en las palabras que en las imágenes. El mejor momento carnal de la película es cuando se le sube la pollera a Claudia Albertario, al principio de la película. Lamentablemente, no habrá más de esa anarquía en los cuerpos y el vestuario porque Cruzadas, en su actualización del grotesco y su retrato de no pocas monstruosidades argentinas, no se decide por la velocidad y la anarquía sino por cierta momificación en largos parlamentos y secuencias entre lentas y quietas, que hacen notar aún más sus falencias.
PD1: Si quien firma en otros sitios como Diego Rafecas o quien sea quiere debatir sobre este texto, bienvenido, y entre otras cosas para eso están los comentarios de Hipercrítico. Ahora bien, en los comentarios de mis columnas no se aceptan agravios, insultos o descalificaciones personales (así como yo no los hago en mis críticas). Si el debate no puede darse sin el insulto (como lo hacen quien firma como Diego Rafecas y otros acá http://cinemarama.wordpress.com/2011/04/27/cruzadas/) estaremos todos aún más equivocados.
PD2: Sí, me quedaron muchas películas para comentar la semana que viene. Les recomiendo varias entre las que vi: la gran sorpresa Culpable o inocente, Amateur, Los labios y Secuestro y muerte. Y Cyrus, que se editó en DVD. Todavía no pude ver Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo ni De caravana ni Rápidos y Furiosos 5: Sin control.