El maestro cinematográfico vuelve a los cines para demostrar que a sus 91 años su magia artística sigue intacta. Clint Eastwood dirige, produce y protagoniza este nuevo drama con aires de Western que promete encantar a los amantes de las historias simples y profundas.
Basada en el libro “Cry Macho” de Richard Nash, Clint decide contar esta historia en el final de su carrera. El actor vuelve a interpretar a un hombre solitario, pero diferenciándose de sus otras producciones, en esta oportunidad se lo ve como un cowboy frágil y melancólico que ha tenido una vida extensa llena de hazañas y sufrimientos.
El guion es un relato sutil como una balada extensa y relajada. Esto es acompañado de un arte exquisito, una composición fotográfica muy gratificante y una banda sonora sublime que enaltece cada una de las escenas.
La temática principal del film es lo mejor de esta producción. Clint apuesta por contar, describir y exponer ante el espectador el sentimiento de la vejez. En un relato autorreferencial y casi poético se muestra la evolución de Eastwood a través de sus costumbres, arrugas y etapas vividas. Siento que esta película representa con maestría la etapa final del vaquero cinematográfico más importante de todos los tiempos. La redención de un personaje lastimado, el choque de culturas entre México y Estados Unidos, la relación entre un hombre mayor y un joven inexperto, todo esto expuesto a corazón abierto en este sólido drama.
Probablemente algunos piensen que es una película lenta, pero yo creo que ahí radica su esencia. Que la película se cuente de manera relajada representa la edad del protagonista, el ritmo lo marca la representación de la vejez y da cuenta de que Clint Eastwood aún sabe contar historias de maneras diferentes.
Una vez más el gran Clint Eastwood no decepciona. Logra una película atractiva a la vista pero que además atrae sentimientos. Este film no estará entre las mejores del director, pero es una gran obra para el cierre de una carrera extraordinaria. Debo decir también que, si quiere seguir dirigiendo, no nos vamos a enojar. Recomiendo verla en cines para un disfrute auténtico de cinematografía en estado puro.
Por Leandro Gioia