¿PAPÁ ES UN ÍDOLO?
Un padre abandónico, el conflicto con ETA y la relación entre inmigrantes argentinos y españoles son las principales temáticas que aborda Cuando dejes de quererme, film en el cual se cuenta la historia de Laura, quien de pequeña viaja con su madre desde España para instalarse en el país, luego de que padre/esposo las abandonara. Ya adulta, un día recibe un llamado donde le informan que han encontrado muerto a su padre en un bosque y que al parecer murió hace 30 años de un disparo en la nuca. Ella irá junto a su padrastro a España para investigar el misterioso asesinato.
El film desde su inicio pretende tener un tono de misterio, sombrío y oscuro, circunstancia que logra medianamente, ya que no posee la potencia narrativa necesaria para lograr un clímax de tensión necesario. Sin embargo, la historia no aburre y permite seguir la trama policial de forma atractiva.
La producción posee una destacada fotografía y una buena elección de las locaciones, como también una relevante tarea de Flor Torrente, que se pone al hombro el rol protagónico con gran solvencia, sin estridencias o gestos ampulosos, cumpliendo un rol vital para la trama. En tanto, Eduardo Blanco vuelve a interpretar a ese personaje insoportable que resulta funcional en esta trama, ya que logra romper instantes que quizás serían demasiado solemnes con tonterías que alivian el relato.
En otro aspecto, la película aborda cuestiones históricas del país ibérico pero solo como contexto o como un elemento que sirve a la narración, sin buscar adentrarse en ellas o hacer algún tipo de análisis sobre determinadas circunstancias ocurridas.
Para concluir, Cuando dejes de quererme posee resoluciones que quizás no terminan de encajar completamente o se resuelven de forma muy simple. Sin embargo, resulta un trabajo correcto, cuidado y con una intriga bien llevada, haciendo de este film un aceptable drama policial.