Laura aguarda junto a la cama de hospital de su padrastro, que segundos después da su último suspiro. La pérdida de un padre para ella es el puntapié para adentrarnos en Cuando Dejes de Quererme, la historia de la pérdida y hallazgo de su progenitor. Una carta moviliza el recuerdo de lo vivido 15 años atrás, en el 2002 –período en el que transcurre casi en su totalidad-, cuando un llamado desde España le informa que han aparecido los restos de su padre. El hombre que creía la había abandonado, a ella y a su madre, llevaba enterrado 30 años, víctima de un homicidio. El descubrimiento no es suficiente para movilizar a la joven, que creció resintiéndolo, pero su papá del corazón la alienta a cruzar el charco para el postergado velorio. La inutilidad o desinterés de la fuerza policial será el motor de una investigación para descubrir qué es lo que realmente sucedió, con un misterio enrevesado que mantiene permanentemente el interés, con un buen manejo del tono que lleva a que la propuesta se disfrute.