Ópera prima de Igor Legarreta, coprotagonizada por Eduardo Blanco, en la que seguiremos a Laura (Florencia Torrente), una mujer que se enfrentará ante una verdad irreversible sobre su pasado e identidad. La actriz deslumbra en un film opresivo, agobiante, con una interpretación que la posiciona como una de las actrices referentes de su generación.