La película hueca
En época de mundial se estrenan películas que pretenden escaparle a la lógica futbolera para contrarrestar la decaída taquilla, dirigidas a otro público y con cierto aire progresista en su planteo. Pero cada tanto, el tiro sale por la culata como es el caso de Cuando ellas quieren (Book Club, 2018).
Cuatro amigas que pasaron los sesenta (Diane Keaton, Jane Fonda, Candice Bergen y Mary Steenburger) se sientan cada semana a leer un libro. Ellas son exitosas, bellas y económicamente independientes, lo cual las ubica en un lugar sobresaliente e incómodo para la sociedad. Sin embargo, no leen ni a Virginia Wolf ni a Hanna Arendt, sino Cincuenta sombras de Grey. El resultado machista e híper conservador era de esperarse.
Una de ellas es soltera, la otra casada, la otra viuda y la cuarta divorciada. O al menos así las define la película: son en cuanto a su relación con los hombres. Cualquier atisbo de discurso feminista se desmorona a los 10 minutos. Pero eso no es lo peor del film, ya que ese intento transgresor puede disimularse en una comedia liviana que funcione en cuanto al target buscado como El club de las divorciadas (The First Wives Club, 1996), por mencionar un caso similar. Cuando ellas quieren es tan superficial e intrascendente como olvidable.
Las chicas van al shopping, restaurantes caros o deambulan por parques o paseos de compras. El pudor que les ocasiona leer Cincuenta sombras de Grey es el disparador que aporta otro dato supérfluo y explica adónde apunta la trama: reactivar su actividad sexual. Como si se tratara de la versión femenina de Último viaje a Las Vegas (Last Vegas, 2013), película en la que los veteranos Robert De Niro, Kevin Kline, Michael Douglas y Morgan Freeman, hacían un viaje de descontrol a la ciudad del título como si fueran adolescentes.
Después de la premisa inicial, el argumento de Cuando ellas quieren continúa con el desfile de los galanes de antaño, los ahora sesentones Andy Garcia y Don Johnson, entre otros. La historia de cada una de las mujeres con ellos refuerzan una vez más el patriarcado al que las chicas, exitosas, bellas y económicamente independientes, siguen atadas. Y si bien el film arranca alguna que otra sonrisa a lo largo de su desarrollo, hay que estar preparado para una propuesta que tiene el nivel de profundidad de una charla de peluquería.