Cuando ellas quieren

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Hace unos años, no tantos, para las vacaciones de invierno una compañía distribuidora independiente guardaba y estrenaba las películas de Pedro Almodóvar. También lo hacía los junios que coincidía con el Mundial de Fútbol. No le iba mal. Para nada.

Ahora llega esta comedia, con toques románticos y protagonizada por actrices que pasaron hace un tiempito los 60 -y somos generosos-, justo, pero justo en el comienzo del Mundial de fútbol. Es que parece hecha a medida de la situación.

Su público debería, también, ser mayoritariamente femenino, la que más disfrutó de la proyección que este cronista vio en una avant première. Las protagonistas son cuatro amigas que, según el título original, y sutil, se reúnen desde hace 40 años una vez al mes para discutir el libro que han leído todas. Es un Club de lectura, pero por supuesto como todas tienen más que un buen pasar, se reúnen en un living, con buen vino, masitas, delicatessen o lo que fuera y hablan de sus vidas.

Son interpretadas por Jane Fonda (a años luz de Klute y de Regreso sin gloria) cuyo personaje hace 40 años que no ve al de Don Johnson (a años luz de División Miami, pero a nadie le importa), y regentea su propio hotel en Los Angeles. Diane Keaton, que es quien lleva la voz del relato, enviudó hace poco, sus hijas (una de ellas Alicia Silverstone, a años luz de nada demasiado importante) quieren que se mude con ellas a Arizona. En un viaje en avión conoce -tras apoyar, sin querer, la mano en su entrepierna- al personaje de Andy García (a años luz de Los intocables y El Padrino III). Candice Bergen es viuda desde hace 18 años, se compró un gato y es jueza. Su ex sale con una veinteañera, y ella descubre las citas por Internet (Richard Dreyfuss, a años luz de Tiburón y La chica del adiós) debe andar por su edad.

La cuarta es interpretada por Mary Steenburgen, cuyo esposo (Craig T. Nelson, que le pone su voz a Mr. Increíble en Los Increíbles) no la toca parece desde que se jubiló.

El problema con Cuando ellas quieren -título tribunero- es que es carente de sorpresa, las protagonistas podrían ser ellas u otras, y tiene dos chistes buenos.

Poco.

Y si contamos demasiado es porque en verdad, no hay mucho para decir/contar/comentar/ su ruta.