Basada en una novela de Nicholas Sparks, autor de éxitos literarios que llegaron al cine como Querido John o La última canción y dirigido por Scott Hicks, quien hace años atrás entregara una valiosa obra como Claroscuro, este drama romántico es apenas una pieza que hace cierto honor al género y no ofrece demasiados elementos fuera de eso.
Cuenta con un intérprete principal que va camino al estrellato -al menos en el resto del globo, en Estados Unidos ya es un galán consagrado desde High School Musical -, Zac Efron, que aquí compone un sargento de la Marina norteamericana que halla la foto de una joven y bella mujer en pleno conflicto en territorio iraquí. Esa imagen lo intriga y lo motiva, ya que por un lado no alcanza a ubicar al compañero vivo o muerto a quien pertenecía dicho retrato, y por otro llega a considerar que la fotografía tiene buena estrella para él.
El ingrediente que los combatientes se aferren a un objeto que les sirva de amuleto sobrenaturalal en medio de un trance bélico, es un punto no demasiado tratado en el cine y resulta atrayente. Al regresar este soldado a su pueblo se desarrolla el meollo del argumento y explota su costado romántico y melodramático, ya que emprende la búsqueda de la chica de la foto, a la que fnalmente encuentra, sin confesarle su historia. Su secreto y la insidiosa presencia de un ex de ella, llevarán adelante el conflicto principal de la trama.