Ojalá no te encuentre
Cuando te encuentre es la adaptación de la novela homónima del autor best seller Nicholas Sparks, también responsable de The notebook, novela que tomó forma de película con Diario de una pasión en 2004. El tipo de historias que insiste en contar el señor Sparks son románticas en el sentido más superficial del término, o sea aquí siempre estamos hablando de dos personajes aparentemente (arbitrariamente) destinados a estar juntos, y que por alguna razón más o menos dramática no pueden concretar esa unión. Luego llega alguna solución más o menos moral, más o menos mágica que les permite ser perfectamente felices para siempre o hasta que alguno de los dos se entere que tiene leucemia (aunque lo último es para otra película).
De entrada, el director Scott Hicks (Claroscuro, 1996; Sin reservas, 2007) nos sumerge en el “terrible mundo interior” de Logan (Zac Efron), veterano de la (última) guerra de Irak, quien ha sobrevivido unas cuantas misiones peligrosas. Logan atribuye su “suerte” en el campo de batalla a una foto de una bonita chica rubia (que más adelante sabremos que se llama Beth y está interpretada por Taylor Schilling) que encontró un día entre los escombros. Cuando lo devuelven a los Estados Unidos, se propone buscar a la chica de la foto para decirle gracias (?). Aunque no sabe nada de ella, existe Internet, por lo cual la encuentra fácilmente. Ustedes pensarán: si la encuentra tan rápidamente ¿de qué trata la película? La verdad no sé…, o sí sé, pero es tan poco interesante que en este momento me invade un tedio tan pesado que no me permite ni siquiera articular una oración para expresarles (o mejor dicho avisarles) con lo que se van a encontrar, si en algún momento de debilidad deciden ir al cine a ver esto.
Porque obviamente Beth se enamorara de Logan y su amor será bello pero imposible y etcétera. Y si no lo sospechábamos, nos enteramos de esto al minuto 15 y todavía queda una interminable hora y veinte de lugares comunes y obviedades. Y el problema no es que se nos cuente lo mismo de siempre, lo que está mal es la forma en que se lo cuenta. Hicks no intenta una búsqueda, no tiene o no encuentra sentido del humor en su película. Y así, Cuando te encuentre es angustiosamente chata, clásica en el peor de los sentidos, no tiene ritmo, aburre y además le sobran unos quince minutos.
Si podemos rescatar algo positivo digamos que el film tiene una bella fotografía y que además Zack Efron es alguien con cierto talento por explotar pero que elige proyectos pésimos. Con respecto al resto de las actuaciones, tenemos a una irregular Taylor Schilling y a una especie de escultura de la isla de pascua llamado Riley Thomas Stewart que hace lo que puede con un personaje tan infame como es el de Keith (el ex marido de Beth).
Me dicen, escucho y leo, que Cuando te encuentre es un producto con un target determinado. Que apunta un público fiel que la va ver, le va a gustar y va a pasar un buen rato. Está bien, pero eso no le da derecho a ser mala, a estar dirigida en piloto automático, a construir personajes sin matices, a no intentar agregarle interés a una historia que nunca despega.