Hay un hombre que vuelve de un exilio español, hay una mujer que amó y que, por azar y por la manipulación de algún amigo, reencuentra; hay un desencuentro y hay un secreto. Podría decirse que es una telenovela, pero no: Rodolfo Durán cree siempre en sus personajes, y logra que nos emocionen incluso si se adivinan sus pliegues. La Picchio siempre es una enorme actriz.