Una historia de amor que perdura pese a la distancia y el tiempo.
El cineasta Rodolfo Durán (“Terapias alternativas, 2007) vuelve a trabajar con Manuel Callau. En esta historia interpreta a Paco, él vuelve a la Argentina después de 36 años de ausencia, se encuentra radicado en España donde armó su vida y ahora regresa a su país natal por unos días porque es el padrino de la boda de su amigo Eliseo (Pascual Condito).
A su sobrino Pablo (Nicolás Condito) le encanta filmar, dice que su sueño es estudiar cine, (un toque muy simpático), se encarga de hacerlo de manera amateur en dicha boda. En esa fiesta hay distintos personajes que no se desarrollan demasiado (luego vemos que otro es el punto), pero no falta el borracho que da la nota (se podría haber explotado mas). Entre copa y copa Félix (Alejandro Awada) conoce a Ethel (Miriam Lanzoni) encargada del catering, entablan un pequeño acercamiento.
Mientras Zoe (Juana Dates, nieta de Ana María Picchio en la vida real) conoce de manera ocasional a Paco, esta niña es parte de la fiesta de forma circunstancial en realidad acompaña a su abuela Margarita. De esta manera varios personajes se van entrelazando.
Luego de esa fiesta la vida de cada uno de los personajes ya no será la misma, Paco ve en la filmación de su sobrino a Margarita (Ana María Picchio), rápidamente a través del flashback vemos la vida de ambos .El primer encuentro en una librería Margarita (Delfina Peña la interpreta de joven, quien en la vida real es la hija de Ana María Picchio) y Paco más joven (Francisco González Gil) vivieron en Buenos Aires una intensa historia de amor y él decidió en los 70 partir hacia otras tierras.
Ahora todo en él comienza a movilizarse, surgen los recuerdos y un recorrido por los lugares de su juventud, la historia va y viene en el tiempo, vamos comprendiendo un poco más como fueron esos días. Y nos sirve para conocer un poco más a Paco quien aun se siente ahogado por su ex mujer española Pilar, desde que está en Buenos Aires no deja de llamarlo por teléfono, ellos tuvieron un hijo adolescente. Y por otro lado sabemos de Margarita :es maestra jubilada, viuda, tiene un micro emprendimiento de catering junto a su socia y amiga Ethel, es madre de una hija divorciada y embarazada por segunda vez, es Valeria (Malena Solda), esta intenta reconstruir su vida.
En conclusión sus vidas sentimentales no fueron del todo felices, se encuentran atravesando una angustiante soledad, ellos no lograron sus sueños, proyectos y no han encontrado el amor. Y así cada una de estas escenas nos moviliza con ese amor que quedo trunco en el pasado y hoy con la ayuda de su socia Ethel y Félix el hermano de Paco, organizan ese reencuentro tan esperado para Paco y para nosotros los espectadores, viendo esas expresiones en sus rostros tan especiales.
En todo momento la historia es acompañada con toques musicales, se van creando diferentes climas y los actores Picchio, Callau, Awada y Solda sobresalen con sus excelentes actuaciones (despuntan todo su oficio), salen los antiguos rencores, reproches, ausencias, cartas sin abrir, fotos, orgullo y secretos.
¿Puede renacer el amor? ¿Uno se puede reencontrar con los afectos? ¿Se puede recuperar el tiempo perdido? ¿Existen las segundas oportunidades, después de tanto tiempo? Y así surgen varios otros interrogantes que el espectador ira resolviendo, bajo un relato nostálgico, simple y costumbrista. No cuenta con un gran guión, pero es muy agradable, tierna, emotiva te llega al corazón desde: la música, con muy buenos planos y actuaciones sublimes.