Para un gran debate
El documental Cuentas del alma tiene varios aspectos discutibles. Aspectos que son, precisamente, su fuerte. Sin los prejuicios que suele imponer la corrección política, el realizador Mario Bomheker decidió abordar la historia de Miriam Prilleltensky, ex militante del ERP que fue capturada en Tucumán y que en marzo del ‘76 apareció por TV hablando desde el arrepentimiento. En 2007, al enterarse de que ella seguía viva y radicada en Israel, Bomheker decidió viajar y entrevistarla.
Cuentas... muestra los resultados de esa o esas charlas: sin material de archivo, sin otros testimonios, sin música, sin búsquedas estéticas que estorben; a pura cabeza parlante. Un modo de resaltar las palabras y gestos de Prilleltensky, que va soltando un relato para el debate, la polémica, la duda. Valioso, sin que esta palabra sea, esta vez, de ocasión.
Como M , de Nicolás Prividera, o Los rubios, de Albertina Carri, aunque en otros aspectos, Cuentas del alma incomoda. Y otorga nuevos prismas para mirar a la militancia armada y al genocidio provocado por la última dictadura cívico militar. La historia de Prilleltensky, de la que conviene no adelantar nada, podría parecernos casi inverosímil, si lo casi inverosímil no hubiera sido -visto desde el hoy- un rasgo de época.