Dulce o truco
Cuántas veces se ha escuchado decir que una película es sólo apta para amantes del género? Debe ser la frase más trillada de la crítica de cine. Pero viendo algunas películas, especialmente las que son de-género, la frase en cuestión se adhiere tanto como los subtítulos. Variante aggiornada del clásico menor de culto Trick or Treat, una colección de minihistorias con descuartizamientos varios protagonizadas por esos tipos sacados que aparecen en la noche de la calabaza, Cuentos de Halloween no sólo es para amantes del género sino que los va a dejar con sabor a poco. De todos los cuentos, quizás el primero, por ser, valga la redundancia, la primera muestra de un repetitivo catálogo, es el que mejor resulta para amantes del género y los no tanto. Un chico se asusta al escuchar de su hermano la historia de un monstruo insaciable, que saca dulces hasta del aparato digestivo, y la carnada del susodicho es la barra de un chocolate marca Carpenter. El más gracioso es el de un secuestro fallido, cuando el hijo del empresario resulta un demonio enano (el malogrado Ben Woolf, a quien se dedica la película). Como bonus, el rol del empresario lo representa con notable gracia John Landis. Joe Dante, John Savage y la femme fatale Pollyanna McIntosh son otros que, aportando sus cinco minutos de fama, aceitan las costuras de este pobrísimo film.