Basado en un libro de Michael Connelly llega a la pantalla grande otra película de abogados que pelean en un courtroom como si fuera un ring de boxeo. El galante Matthew McConaughey es el protagonista de este thriller jurídico. ¿Podrá con esta actuación demostrarnos que no es solo un actor solo apto para público femenino?
Quince años atrás se estrenaba en el país Tiempo de Matar, una película de abogados en el que el protagonista también era McConaughey en ese entonces junto a Samuel Jackson, también basada una novela, en este caso de John Grisham. Desde ese tiempo a esta parte, McConaughey hizo uso y abuso de su belleza y fue protagonista de cuanta chick flick estuviera en cartel; películas ligeras, con poco argumento y melosas, muy melosas.
Este año se nos presenta con Culpable o Inocente, toma por las astas a un abogado nada estereotipado; Mick Haller vive en Los Ángeles y pasa todo el día dentro de su Lincoln al cual denomina “oficina”, es sagaz, divertido, rápido y tiene lo que nosotros llamaríamos viveza criolla. Haller no pierde un solo caso al cual le pueda sacar rédito y es así que se topa con Louis Roulet, un nene de mamá con mucho dinero que es inculpado por un delito que el alega no haber cometido.
Es en ese momento cuando Heller se ve en un compromiso consigo mismo, creer o no creer en su cliente, confiar o no hacerlo; con ese punto de partida se abren las apuestas de los espectadores.
McConaughey junto a un reparto impecable que incluye al brillante William H. Macy y a Marisa Tomei, logra un personaje descontracturado, convirtiendo lo que podría haber sido una película monótona y estereotipada, en un thriller entretenido, ágil y con un final inesperado.