A bailar la cumbia
Algunos documentales eligen priorizar la información a la hora de fundamentar su existencia, otros tienen su fuerte en la descripción, mientras que un tercer grupo como en el caso de Cumbia que te vas de ronda (2020) encuentra en el ritmo su razón de ser. En este caso en particular, el ritmo de la cumbia.
Pablo Ignacio Coronel indaga en los orígenes de la cumbia, comenzando en Europa, más precisamente en Portugal, donde vive. La pregunta antropológica invita a cruzar el océano Atlántico y recorrer Latinoamérica para luego, cruzar el Pacifico en un introspectivo recorrido por Asia, tratando de bucear en los ritmos de la cultura ancestral para finalmente, llegar a países (Vietnam, Camboya, Filipinas) donde nunca se escuchó la festiva melodía. Lo hace con su equipo de rodaje que también, es un grupo de cumbia. Las imágenes viajan junto a los sonidos, en una interesante experiencia de intercambio cultural.
El viaje, la cultura popular y el ritmo bailable se imponen en este documental que invita a disfrutar las canciones y celebrar el encuentro (de culturas, de nacionalidades, de experiencias musicales). La premisa inicial de la película “¿qué es la cumbia?” se va modificando al igual que las melodías ni bien se fusionan con las costumbres y música de cada región. Esa transformación la evidencia la película en su recorrido geográfico, que también da cuenta del movimiento, ya sea de la danza como del viaje que traza puentes.
Cumbia que te vas de ronda tenía una tarea difícil que no era definir conceptualmente el ritmo carnavalesco de la cumbia, sino contagiar el encanto e inspirar el baile. Hecho que logra con creces, lo vemos en cada grupo humano que mueve sus pies y caderas al son de la música, sea del lugar del mundo que sea, interpelando incluso al propio espectador que, paradoja mediante, no podrá disfrutar de esta película sentado, por más cómodas que sean las condiciones de su hogar.